Jlfg – pág. 402
Los Estadistas
ponen a cargo de los Ministerios no a sus amigos ni malacatosos, sino a
ciudadanos con experiencia, hábiles y sabios para trabajar por el País y
no para el gremio ni para sí mismos.
Quien no trabaja
no conoce lo que hace agradable la vida. El trabajo permite que la persona
ponga en acto todo su potencial para resolver problemas y alcanzar logros.
Ambos alimentan la autoestima de la persona y su bienestar.
La
antigua sentencia que el ocio es el padre de los vicios, hoy día se ve
acrecentado por los múltiples medios que
mal usados atrofian la actividad de nuestro cerebro. Si no pensamos nos
disminuimos.
Aparentar no
cuesta nada, solo contar con un poco de falta de vergüenza…, pero la coherencia
y autenticidad son irreemplazables para la construcción de la verdad en sí
mismos y en la comunicación con los otros.
Si aprendiéramos a
recibir… todo cambiaria. Pero no nos
han ensenado ese arte sino el opuesto. Por eso, se piensa que si damos nos quedamos
con menos; cuando es todo lo contrario: entre más damos, mas recibimos.
La vida es mágica;
solo que hay una permanente lucha por no
creer…, entonces puede llegar a reinar la creencia que nada es gratis, que todo
se hace por interés. O sea, así, cerramos las puertas a ser humanos, y nos convertimos
en cajas de cambio.
No basta
comprender; muchos comprenden pero no practican. Entonces, es tiempo perdido y
nada se gana con que el cerebro sepa las cosas si no se actúa en consecuencia.
El desorden
externo es reflejo del desorden interno; por eso, aunque la apariencia indique
otra cosa… sin orden interno es imposible que pueda existir un campo exterior
diferente al actual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario