lunes, 19 de diciembre de 2016


Jlfg – pág. 411

                (Las promesas) El que hace no tiene necesidad de prometer mucho…, porque sus hechos hablan más que las palabras. En realidad, estamos llenos de prometedores y escasos de hacedores.  La coherencia y consecuencia son necesitan de portadores para estar presente en el mundo.



                Las guerras no las crean los habitantes del lugar; las inventan poderes que viven de eso...

La guerra es un ejemplo de la racionalidad y de la insensibilidad del ser humano: que puede llegar a ser ángel o demonio… Todo se aprende. Y ¿de qué sirve ser racional si no alcanza a ser es sensible?



                (Seres sociables)  Es cierto que tenemos el potencial para ser seres sociales…, pero hay que aprenderlo para practicarlo. Hay muy pocas escuelas funcionando para este fin. De las más importantes, han profanado su misión. Y las consecuencias si bien no las verán, otros las sufrirán.



                (El individualismo) La unidad hace la fuerza… por eso se pone tanto dinero en sembrar el individualismo, porque de allí nace la competencia…, y al final, termina imponiéndose la ley del más fuerte. O sea, lo que menos se desea es la unidad del género humano. Individualizado: se le puede controlar; unido, es imparable.



                (Los mitos) El error consiste en conformarse con repetir los mitos; olvidando que la utilidad y significancia de los mitos es su actualización y reproducción de lo que proponen en la vida actual. Por ejemplo, la Navidad: ¿sirve para algo recordarla? ¡Cuando lo que se necesita es que sea actual, que hoy se realice en uno. Se trata de renacer y entrar a la dimensión de lo humano.



                (Las leyes) La sociedad vive creándose leyes…, peo no serían necesarias si cada quien aprendiera a  hacer uso de su libertad, responsablemente. Cuando esto se olvida o se tira por la borda…, no hay leyes que lo remedie, porque la pillería se multiplica y se generaliza.



                (El lenguaje) El lenguaje de Dios no es por palabras sino por acciones.  ¿Qué tal si practicáramos ese lenguaje entre nosotros? Desparecerían, en primer lugar, las mentiras, las falsas promesas, la adulación, los malos entendidos… y todas sus consecuencias.

sábado, 17 de diciembre de 2016


Jlfg – pág. 410

                (Crecimiento)

Todos los eventos que tiene la vida son para crecer…, no debiera haber nada que sea para estancarnos; aun los más incomprensibles. De hecho, el peor daño que se le puede hacer a otra persona es impedirle su crecimiento; no importa a nombre de que sea.



(La desesperanza) El que desespera se equivoca porque deja de ver la realidad a cambio de inventar la propia. Sin esperanza es imposible ver camino porque falta la luz; así como la fe en sí mismo y en el otro. Con desesperanza solamente se pueden cavar hoyos.



                (El egoísmo) Cuantos no quieren ver la realidad, no necesitan cerrar los ojos, basta con que solamente se vean a si mismos. Aquí no se cumple que no se puede tapar el sol con un dedo, porque el ego es tan grande que se puede convertir en egoísmo del tamaño  de una montaña.



                (Hacer el bien) Ocupar los ojos para criticar y juzgar es perder el tiempo; servirse de ellos para contemplar y maravillarse del milagro de la vida y del Universo es vivir y aprovechar su tiempo. La vida no se nos va en vano cuando a partir de ella  hacemos el bien sin mirar a quien.



                (La unidad) /Agradezco a Carlos Fuentes la oportuna sugerencia de titular estos pensamientos/ Cuando entre el paradigma “que todos somos uno”…, finalmente, comenzara a bajar la indiferencia, porque lo que es hoy día: se puede pasar frente a un difunto que velan, y no nos inmutamos; como si fuéramos seres de otro planeta o inmortales. Sin embargo, cuando alguien muere (todo ser) algo de nosotros mismos también muere; y el nacimiento, igual.



                (La formación permanente) Educador que no lee, no es educador. Siempre, y ahora igual, el saber, el conocimiento, la ciencia y tecnología llevan un ritmo de cambio… que decir veloz es poco; entonces, quien pretenda educar (y no solamente trabajar de) ha d empezar por ahí… y el Sistema no debiera ser el primer obstáculo en este deber y desafío.



                (La Paz) Sin dialogo no hay paz…, y sin paz, falta todo. Veamos esto en los más diversos niveles: personal, familiar, de hogar, laboral, social, mundial… La paz es el piso para edificar cualquiera de las instituciones y de nosotros mismos también.

jueves, 15 de diciembre de 2016


Jlfg – pág. 409

                 El día en que la palabra “fraternidad” deje de ser una palaba vacía y se convierta en una práctica…, entonces comenzará a nacer otro mundo. Basta con que cada otro se convierta en hermano, y deje de ser desde un desconocido hasta un enemigo.



                ¿De qué sirve solo informarse? Solo para alimentar el ego, nada más. La información sin acción es una especie de droga más. Si bien esta así orientada para que favorezca el statu quo, el verdadero fin de la información debiera ser la acción. Basta ya de contemplar el mundo sentados en la tribuna como los romanos en  el circo.



                Que el agua es escaza, todos lo sabemos…, lo que no sabemos todos es como cuidar el agua. En general, hoy no se ensena a cuidar, solamente a consumir.  De ahí hay un paso al derroche; y luego, el desastre.



                Algún día aprenderemos a vivir en la tierra…, lo que es ahora, estamos a años luz; pero no hay que rendirse “que no hay mal que dure mil  años”. De quienes tenemos que aprender es de los inocentes, de los animales, de las plantas, de la lluvia, de los ríos, del mar… pero no de las doctrinas y cerebros adoctrinados.



                Educar no es adoctrinar. Educar no es llenar, es vaciar. Educar no es capturar, es liberar. Esto muchos lo comprenden, pero pocos o nadie lo tolera…, porque les da miedo que el hombre sea hombre.



                El mayor error es creerse ser seres  completos; que no necesita de los otros ni de ningún “otro”. O sea, lo incompleto que son lo mitifican como si fuera un reflejo de la perfección…, cuando es al revés: son expresión de lo absurdo.



                Hacer de la política un hobby de los millonarios está causando gravísimos problemas a los Estados; es una clase de personas que a su afán por el dinero en grandes cantidades también les entra la sed del poder… algo así, para quedar en la historia. Es decir, hay de todo, menos capacidad y condiciones para gobernar para el presente y para el futuro.

domingo, 11 de diciembre de 2016


Jlfg – pág. 408

Millones de mascotas viven mejor que millones de niños y niñas; siendo el problema, no las mascotas sino la mentalidad de los cerebros que prefieren su encerrarse en su confort a mirar el hambre que hay en el mundo y la vuelta de su refugio.



                Hacer de la vida un camino de decisiones y no de traiciones, se ha vuelto algo extraño en nuestros días…, más bien hay un acostumbramiento o imitación que sea así. Sin embargo, las heridas, dolores y sinsabores no dejan esperar aunque se sea muy diligentes en tratar de ocultarlos.



                Vivir de la vida de prisa hoy día no cuesta nada; es más, es lo que se enseña como si fuera una virtud o buena calidad…, lo que no se muestra es la cadena de consecuencias que esto trae: sistema nervioso destrozado, digestión agitada, descanso de caricatura, incomunicación o comunicación a mal traer… en fin, de virtud o calidad, nada.



                “Tenemos que aprender” es de Perogrullo…, pero ¿Quiénes lo ponen en práctica? De todos es sabido que el obstáculo mayor para saber no es no saber, sino des-aprender. Identificarse con sus creencias y conocimientos es un error muy frecuente; y pese a todo sigue siendo un error.

               

                La vida no es para enriquecerse; es para enriquecer. No podría ser de otra manera sin dejar de ser seres naturales. Aunque a algunos no les guste…, el egoísmo no vuelve monstruos porque elimina la fibra de la sensibilidad humana y ecológica.

               

                 El problema es que la delincuencia no solo está afuera de lo institucional sino también adentro… Entones, la administración de justicia se ve adulterada; y en río revuelto ganancia de pescadores. O sea, la gente honrada se ve encerrada entre dos fuegos.



                ¡Qué fácil es hablar del cielo en medio del infierno en la tierra! Pero al mismo tiempo que dañino que es. Nuestros oídos al escuchar piden coherencia por sobre todo… pero generalmente es lo que más falta.

Jlfg – pág. 407

    Lo peor que le puede ocurrir a un País es elegir a presidentes a empresarios…., porque el País no es una empresa, es un Estado;  por lo tanto, requiere de estadistas: personas que no sean esclavas del dinero ni crean que en la vida están para hacerse más y más millonarios. La principal riqueza de un País es su gente, no son sus recursos. Y desarrollo no es crecimiento de PIB  ni per cápita sino desarrollo de su cultura y de su humanidad. No darse cuenta de esto (tan básico) es permanecer en la senda de la mayor locura de la historia.



    A la  Democracia le arrebatan  su esencia cuando no forma ciudadanos para que piensen como tal, sino que otro sistema extraño a la política  se apodera de ella, y  anula al ciudadano a cambio del cliente; y para peor, consumista. Resultado: a cargos públicos llegan “rostros” de la farándula y personeros del Mercado; es decir, su garantía es la fama y el dinero. ¿Sirve esto para cuidar y construir la ciudad para los ciudadanos y no para los negocios de las inmobiliarias?



      El dinero hecho a costa de los seres vivos es un dinero maldito; es decir, que no trae bendición para nadie sino solamente muerte.  Esto explica porque los valores se han arrojado al canasto de la basura y en su lugar se han levantado edificios de antivalores, como: lo que importa es el éxito…, y no importa cómo; y entre más rápido, mejor.



                El sistema más exitoso para la construcción de cárceles y crear esclavos ha llegado a ser  el Mercado (incluso en contra del pensamiento de quienes lo idearon como sistema). Su sofisticación es tal que toda su perversión la reviste y vende como el mejor invento de la historia… incluso ensenando en las Universidades que el ser humano es egoísta por naturaleza, por lo tanto, tiene el sistema de mercado para entrar a su propia cárcel y perder su libertad.



                El problema no es que falte sino que sobra: hay mucho dinero, hay muchos objetos, hay muchas religiones, hay muchos partidos, hay muchos ejércitos y armas, hay mucha corrupción, hay mucho negocio de la educación, hay mucha contaminación… entonces ¿Qué hacer? Por menos, no continuar en la misma dirección.



                Hay muchas enfermedades que se podrían evitar solamente tomando agua…, pero agua natural, no tratada ni adulterada con colores y sabores. Sin embargo, la enajenación es tal que ya no conoce límites, y se afirma: “vendemos veneno pero a nadie se le obliga a comprarlos y consumirlos”.

sábado, 10 de diciembre de 2016


Jlfg – pág. 406

     A falta de corrección, abundancia de defectos y vicios. El ser humano llega a ser lo que es, gracias a las correcciones. El error de nuestros días consiste en confundir amor con complacencia total o casi total. Sin darse cuenta, que es grave error lo van a pagar caro nuestros seres queridos en el futuro, cuando necesiten del carácter y de la buena crianza para sacar adelante sus proyectos de vida y laborales.



     Un error muy común es vivir solamente procurando disfrutar. Allí no está el problema, sino en la escaza o nula creatividad para disfrutar. Por ejemplo, se le pone ese nombre a consumir comida chatarra, o a emborracharse con bebidas, drogas o farándula…  o sea, con lo que destruye nuestra capacidad de disfrutar.



    La ansiedad está haciendo estragos en el sistema nervioso de muchos de nuestros contemporáneos…, entran a un descontrol de sus vidas que los derriba sin misericordia. Muchas licencias de trabajo tienen este carácter. Y no basta decir –que es cierto- que el sistema genera enfermos…,  sino también que se ha perdido toda capacidad de autocuidarse  e incluso autosanarse.



    Las instituciones de salud han perdido su norte: no trabajan para prevenir la enfermedad sino para hacer un gran negocio con los enfermos. Por eso, vemos como se multiplican y se levantan grandes construcciones para tal fin. De principio, es un error el carácter derrotista que se infundido en las masas, denominándolas y,  sobre todo creyéndose, solo pacientes…, y no agentes.




    Es interesante concebir la vida como el arte de resolver problemas; y no de no tener problemas. Por lo menos, se sale de la muchedumbre que se queja o vive quejándose de los problemas, pero lo mejor, que ingresa a la grupo de los creativos, innovadores y emprendedores como vías para tratar a los así llamados problemas que terminan convirtiéndose en desafíos… y por qué no, en logros.



     La educación está por el suelo…, prácticamente no se educa sino que se administra un sistema trasnochado, ineficaz y falso… en el sentido que no acomete el objetivo aquel por el cual se creó o se debería haber creado: la formación y educación de hombres y mujeres nuevos agentes constructores de un mundo nuevo que revierta todas las calamidades que el actual se ha creado y ya sucumbe bajo el peso de sus despropósitos.

Jlfg – pág. 405

    El dictador más grande es el dinero; esclaviza al que lo tiene y al que no lo tiene.  Y lo peor de todo es que no tiene ningún valor… todo es simbólico (nominal)… por eso así como se construyen montanas d capitales financieros, así se desmoronan en una abrir y cerrar de ojos también. Esas frases: “sin dinero no se puede hacer nada”; y “con dinero todo se compra”, no solo son nocivas sino que también son falsas… porque es tanto lo que impide hacer, y nada de lo verdaderamente importante se puede adquirir con él.



    Ir por la vida sin mirar a nadie y sin dejarse mirar por nadie: es un infierno.  Porque así se manda al carajo lo que es la esencia del ser humano: ser un ser social.  Paradójicamente las ciudades han llegado a ser los lugares más inhabitables e incomunicables que se pueda imaginar.  



     Algunos creen que el orgullo sirve para algo…, pero no sirve para nada porque todo lo distorsiona:  A si mismo lo hace creer lo que no es; al otro lo ve en menos de lo que es… o sea, hace corto circuito por todas partes y en todo momento.



    Nuestros errores nos sirven solo cuando los reconocemos. Es decir, cuando rectificamos. Sin embargo, a más de alguno le cuesta reconocer, y entonces, su empecinamiento le juega en contra, volviéndolo más necio. Los errores son las grandes oportunidades para cambiar.



   El bello tiempo de Navidad y año nuevo pierden su encanto cuando se reduce a comprar, vender y regalar cosas. Es decir, cuando el mercado hace de las suyas, y todo lo lleva a sus arcas. Lo más importante es la revisión, actualización, rectificación y abrazo de proyectos conjuntos donde estén presentes los otros como personas y no como cosas.



    Uno tiene derecho a sentirse feliz solo cuando nadie ha perdido su felicidad por su causa… y se puede ser causa de la perdida de la felicidad del otro u otros, por acción como por omisión; es decir, por lo que se hace y por lo que se deja de hacer por ellos. Ignorar esta dimensión de la felicidad ha llevado a que casi nadie es feliz hoy día.



    Es un error de los no creyentes ponerse como referente a los creyentes, olvidando que estos son quienes hacen el peor daño a la fe; o sea, si uno no quiere creer en Dios, le basta con ver a los que dicen creer en El. Solo que este tipo de contradicciones no se solo en ese campo sino en los más diversos, como la familia, la empresa, la política, el grupo, la comunidad… somos seres demasiado imperfectos que solo hay espacio para la misericordia.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Jlfg – pág. 404
    La dependencia de cualquier género es debilidad e innecesaria. El discurso sano y honesto consistirá en fomentar siempre la libertad y la autonomía de sí mismo y de las demás personas… esto se vuelve casi imposible dado los paradigmas que se han creado para fines bien determinados.

    Siempre hacer lo correcto no es lo más fácil; por eso, muchos prefieren ignorar que es lo correcto para no verse cobardes frente al desafío. Sin embargo solo quienes recorran aquel camino podrán mirar a los ojos a sus hijos y a su generación.

    El mentiroso cada vez que se ve que va a ser descubierto, inventa otra mentira… y así, su actuar se convierte en una maquinaria de inventar subterfugios que no se  los creen ni ellos mismos. La práctica de la mentira solo tiene comienzo, pero no conoce final.

    Todo conocimiento es relativo en cantidad y calidad. No poseemos la capacidad de acceder a lo absoluto e inmutable. Pero muchas veces, apelando a mil excusas pretendemos conocer e imponer las propias verdades a los otros; lo cual es inviable, inadmisible y perjudicial para todos.

    El arte de distinguirse sin pasar a llevar a los demás es un arte de pocos, porque la mayoría asocia su destacarse con opacar a los demás. Entonces, ¿de qué sirve contar con distinguidos que no incluyen a nadie (que no son solidarios). Y la solidaridad no consiste en dar sino en recibir al otro.

    El compasivo no teme; el intransigente le teme a todo.  Porque el que hace de la imposición su afán, asocia la fuerza y la violencia sus dos brazos; y se autoconvence que todos son sus adversarios y que tiene que convertirlos en victimas… Pobre destino del que no aprende a transigir.


    ¿Cómo se pretende pensar si no se lee? Y ¿Cómo se pretende leer sin comprender? Esto que en algún tiempo fuera absurdo hoy ha pasado a ser casi lo normal. Por eso, quijotes son soy quienes leen y comprenden. 

Jlfg – pág. 403

    Lo más sagrado de la Navidad es el silencio de la contemplación,  la comunicación, la reconciliación, la restauración de la verdad, la restauración del tejido resquebrajado por las faltas de buen entendimiento… o sea, algo muy distinto al asfixiante comercio de las grandes tiendas.



    No tenemos una sola familia, la de la cuna es una, pero el Planeta entero es nuestro hogar y nuestra familia. Más que pertenecernos (que significa arrebatársela a los demás) le pertenecemos.

De comprenderlo, probablemente seriamos más amables y respetuosos con el medio ambiente, y no barbaros destructores.



    Aprender a respetar es aprender a vivir. El irrespeto a lo y los demás nos acarrea la muerte (aunque envuelta en la fantasía de la riqueza y del éxito). Los extremos han llegado tan lejos, que algunos creen que respetar los disminuye, les quita algo: poder, altura, prepotencia.



    Para apaciguar nuestros cerebros y centrarnos en las cosas importantes y esenciales de la vida tenemos que comenzar silenciando el bullicio de los medios de comunicación de masas…, a quienes no les interesamos… sus intereses son otros. Entonces, podremos comenzar por encontrarnos con nosotros y con los otros… que nos rodean pero no los conocemos.



    La vida es tan corta y frágil que es inconcebible como tantos no se dan por enterados…. No hay más ciego que el que no quiere ver. Piensan que se pierde la alegría… pero es lo contrario, recién se le descubre, porque una alegría sin raíces no es tal, será una sonrisa nada más.



    El desafío está en cómo no diluirse por los canales de la tecnología de las comunicaciones; es decir, transitar si perder la identidad ni relacionarse con identidades falsas…, porque entonces seria agregar una ilusión más de los millones que ya heredamos.



    Es increíble, por más que la especie humana pretenda hacer de la tierra un basurero, ella se recicla y se renueva sin cesar, al punto que los necios continúan buscando más poderosos medios de contaminación tras sus vanas y necias pretensiones.

jueves, 8 de diciembre de 2016


Jlfg – pág. 402

     Los Estadistas ponen a cargo de los Ministerios no a sus amigos ni malacatosos, sino a ciudadanos con experiencia, hábiles y sabios para trabajar por el País y no  para el gremio ni para sí mismos.



    Quien no trabaja no conoce lo que hace agradable la vida. El trabajo permite que la persona ponga en acto todo su potencial para resolver problemas y alcanzar logros. Ambos alimentan la autoestima de la persona y su bienestar.



      La antigua sentencia que el ocio es el padre de los vicios, hoy día se ve acrecentado por los múltiples medios  que mal usados atrofian la actividad de nuestro cerebro. Si no pensamos nos disminuimos.



    Aparentar no cuesta nada, solo contar con un poco de falta de vergüenza…, pero la coherencia y autenticidad son irreemplazables para la construcción de la verdad en sí mismos y en la comunicación con los otros.



    Si aprendiéramos a recibir… todo cambiaria. Pero no nos han ensenado ese arte   sino el opuesto.  Por eso, se piensa que si damos nos quedamos con menos; cuando es todo lo contrario: entre más damos, mas recibimos.



     La vida es mágica; solo que hay una permanente lucha  por no creer…, entonces puede llegar a reinar la creencia que nada es gratis, que todo se hace por interés. O sea, así, cerramos las puertas a ser humanos, y nos convertimos en cajas de cambio.



    No basta comprender; muchos comprenden pero no practican. Entonces, es tiempo perdido y nada se gana con que el cerebro sepa las cosas si no se actúa en consecuencia.  



    El desorden externo es reflejo del desorden interno; por eso, aunque la apariencia indique otra cosa… sin orden interno es imposible que pueda existir un campo exterior diferente al actual.

miércoles, 7 de diciembre de 2016


Jlfg – pág. 401

    Es un error muy frecuente identificar éxito con realización personal; pero muchas veces, aquel hace añicos a este. Hay éxitos que acaban con la persona, la vuelven tosca, insensible, ciega y sorda a la realidad… ya no ve más que adversarios.



    Las ciudades modernas son lugares construidos con criterios comerciales pero poco o nada humanos… Consecuencia, que los más extraños allí son precisamente los seres vivos; prácticamente todos asfixiándose y extinguiéndose entre múltiples enfermedades.



    Si desde un principio se toma la vida como una ventura y no como una aventura…, las consecuencias son sideralmente diferentes. Prácticamente desaparecerá de su mente el espíritu de destrucción y aniquilación que prácticamente pareciera que algunos es lo único que saben hacer.



    Cuando el profesor se centra en la persona y no en el puro saber, entonces pasa a ser maestro. No solo humaniza sino también se humaniza. Y así, la educación, recién comienza a servir a la sociedad.



    En todo lo que hagamos lo que se necesita es una pisca de buena intención, así la suma de miles y millones, producirá caudalosos ríos que regaran toda la tierra, y los desiertos se transformaran en vergeles. La intención es buena cuando solo hace y quiere el bien del otro.



    Cuando la vida se identifica con un permanente aprendizaje, entonces, todo cambia de ritmo y de color. Desaparecen los dogmatismos y los “yo lo sé todo”, o “las cosas se hacen así porque yo lo digo”… o sea, florece la gran virtud de la humildad: la base para construir sobre verdad y no sobre montañas de mentiras.



    El éxito es bueno solo cuando es de todos; y es perverso y dañino cuando es solo de uno o unos pocos. Precisamente la tragedia de nuestros días es que el éxito solo es de unos pocos, quienes han perdido la razón y se creen más que dioses y señores de la tierra y de todo cuanto ella contiene.

lunes, 5 de diciembre de 2016


Jlfg – pág. 400

    Lo que menos existe ya es la identidad; somos más copias que otra cosa. Ha sido difícil relacionarnos con la globalización que busca arrasar con todo… y lo ha logrado casi en todo.  El pensamiento único corre por grandes avenidas de los medios de comunicación de masas y para masificar.



    No importa si no llegamos…, lo importante es caminar. Como también es fundamental la dirección hacia donde se va. Ambos son los aciertos suficientes para concluir que se ha vivido.



    La educación pierde su razón de ser cuando se contamina con la farsa y la falsedad. De ser algo sagrado se vuelve insípida y contagiosa de la mediocridad. Solo es tal cuando muestra las cumbres que hay que escalar, y además, el camino y la forma como llegar.



    No es posible que la desconfianza y el temor sean los únicos canales para comunicarnos con los otros. Si nos viéramos más a los ojos dejando de lado los miles de prejuicios que ya traemos por defecto… aparecería, entonces, el otro en medio de la espesa neblina de nuestra mentalidad.



    La verdadera fortaleza no está en la fuerza sino en la fragilidad. El débil resiste porque tiene fortaleza; el fuerte aplasta porque es bruto.



    El activismo no consiste solamente en hacer muchas cosas sino también en  no hacer nada. Esto porque  la nada no es solamente la ausencia de algo sino también la invasión del vacío. El primer fruto y pago del activismo es la vaciedad.



    Nos han acostumbrado solamente a ver lo entretenido; pero no nos enseñan  a ser entretenidos… por eso es común que espectadores fieles de la entretención sean las personas más aburridas en la vida real…. Co que quedan agotados o drogados con la entretención.



    La muerte no es una extraña que espera al final del camino, sino que está presente en cada segundo de nuestra vida. Cada instante que vivimos también es cada segundo que morimos. Así como vivimos, morimos. Solo que la muerte no es muerte sino que es otro nombre de la vida.

Jlfg – pág. 399

    Si nos quedamos sin esperanza caemos en la resignación. Bienaventurados los cultivadores y portadores de esperanza porque el mundo agoniza de pesimismo. Muchos se sienten como en una gran prisión…, que la menos, mentalmente hay que pensar disitinto.



    Muchas veces vemos problemas donde no los hay. Se trata de como interpretamos los hechos.  Y todo tiene más de una lectura; está  en uno cual elegir. Solamente que para eso hay que ser libre y no dependiente de las opiniones de otros.



    El que no quiere o no puede orar, que medite; el que no quiere meditar, que contemple…  o al menos haga algo que le sirva para conocerse a sí mismo y recapacitar. Lo peor que nos puede pasar es que la aplanadora de la publicidad nos cosifique (vuelva cosas).



    El paso del tiempo  es  en vano si en uno no hay cambios… porque nuestro perfeccionamiento o evolución es ilimitado, solo frenado por la desidia y el conformismo. Por lo menos, quienes no quieren caminar no impidan que otros lo hagan.



    Lo más bello es el equilibrio. Nada estático, todo en movimiento. Pero sin atropellos ni ventajismos. Mucho menos traiciones y deslealtades…. ¡Cuánto tenemos que aprender de la naturaleza para aprender a ser humanos y no barbaros!



   La vida no termina nunca…, uno la termina con el odio, el resentimiento, la indiferencia y la avaricia. Entonces, la vida no encuentra cauces por donde correr como un rio hacia la inmensidad y la eternidad.



   Lo extraordinario no está en raro sino en lo cotidiano. La cotidianidad es solamente la piel que cubre lo maravilloso…, pero cuantos no traspasan esa piel y viven quejándose que todos los días es lo mismo.



     Ver es contemplar; mirar es no ver. La contemplación requiere disminuir tu ego para que crezca en toda su inmensidad y riqueza el otro…, simplemente por ser otro; sin exigencia alguna que tiene que ser extraordinario o especial.
Jlfg-pag. 398
Si se quiere saber los defectos que uno tiene, basta que se observe lo que se critica a los otros. Son los otros nuestro espejo que reflejan lo que por nosotros mismos somos incapaces de darnos cuenta.
Ir por la vida con rencores es como ir en la condición del prisionero con las manos atadas. El en gaño a sí mismo es tal que se cree que así conserva una posición de poder; pero en verdad, el que es señor es el rencor, y su portador, un mero esclavo.
¿En qué se nos va la vida? Para que no sea en vanos deseos e ilusiones, hay que saber detenerse y observar: si nuestra vida lleva dirección; si esa, es impuesta o elegida; si tiene carácter ascendente o se reduce a un círculo vicioso…
Los milagros existen aunque no los veamos y creamos. Para maravillarnos con ellos tal vez debemos mirar menos al cielo y más a la tierra… sin olvidarnos que nosotros mismos somos tierra.
El que es inteligente sabe resolver los problemas; el sabio, sabe para qué sirven los problemas. Una vida sin sabiduría es como un rosal sin flores, como un cauce sin rio.
Un verdadero logro es la aceptación de los otros; y fracaso real es la irreconciliación con los demás porque es aceptar la tensión permanente. Un estado de tensión genera múltiples efectos, desde el insomnio hasta el cáncer…
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domingo, 4 de diciembre de 2016

jlfg - pág. 397
   
Pareciera que cada vez hay más impaciencia…, pero es la tolerancia, la comprensión, el ponerse en el lugar del otro el camino de la paz. La paz no existe si no la construimos todos juntos. No se impone, no se compra ni solamente se recibe.



     El mejor camino para acercarse a la verdad es el silencio, no la discusión. Las palabras no son capaces de contener la verdad; y ésta no reside en la tensión sino en la paz.  Y tampoco reside en uno solo sino en todos.



     Quien logra tener no ha alcanzado la meta… le falta la que lo vuelve humano: compartir. Olvidar esto es olvidarnos de nuestra esencia, y volvernos seres muy extraños y hasta enemigos unos de otros por causa del tener.



     Explotar al otro tiene el mismo carácter que robar. Es la hipocresía la que se encarga de aplaudir a unos y condenar a otros, pero en el daño no hay diferencia. Lo que no sabe el explotador es que su camino elegido solo sirve para destruir y termina autodestruyéndose.



     Entre más se tiene más se quiere…, por eso  es fundamental  revisar qué  es lo que tiene para no llegar al final de la vida dándose cuenta que perdió su tiempo. No hay mejor manera que perder su vida y su tiempo que encerrarse en sí mismo.



    Cuando las religiones se reducen a ritos y creencias han un gran daño a la; cuando ponen en práctica lo que predican, entonces, son grandes benefactoras  de la humanidad. Su peso en uno u otro sentido  es muy grande, de ahí que creer para practicar es lo que más hace falta.

   

    Hacer caridad (solidaridad) con lo que no es de uno es lo más fácil e hipócrita que existe… sin embargo esto es lo que aplaude y se publica como “ejemplo”…  por eso es una vez al año y frente a las cámaras. La necedad no tiene límites.



    Después del amor lo que tiene más fuerza es el egoísmo; es la causa de que la tierra esté como está…  y ya no puede estar peor. Y la humanidad todavía no sale de su letargo. Hay dirigentes que no dirigen nada y otros que pretenden arreglar las cosas usando los mismos medios que han causado los daños.



    Perder la sensatez es  como perder los frenos; de ahí hacia adelante solo se pueden esperar tragedias. Sin embargo, a veces, la sensatez no es ni siquiera es considerada como un elemento en al quehacer y la comunicación.