sábado, 17 de diciembre de 2016


Jlfg – pág. 410

                (Crecimiento)

Todos los eventos que tiene la vida son para crecer…, no debiera haber nada que sea para estancarnos; aun los más incomprensibles. De hecho, el peor daño que se le puede hacer a otra persona es impedirle su crecimiento; no importa a nombre de que sea.



(La desesperanza) El que desespera se equivoca porque deja de ver la realidad a cambio de inventar la propia. Sin esperanza es imposible ver camino porque falta la luz; así como la fe en sí mismo y en el otro. Con desesperanza solamente se pueden cavar hoyos.



                (El egoísmo) Cuantos no quieren ver la realidad, no necesitan cerrar los ojos, basta con que solamente se vean a si mismos. Aquí no se cumple que no se puede tapar el sol con un dedo, porque el ego es tan grande que se puede convertir en egoísmo del tamaño  de una montaña.



                (Hacer el bien) Ocupar los ojos para criticar y juzgar es perder el tiempo; servirse de ellos para contemplar y maravillarse del milagro de la vida y del Universo es vivir y aprovechar su tiempo. La vida no se nos va en vano cuando a partir de ella  hacemos el bien sin mirar a quien.



                (La unidad) /Agradezco a Carlos Fuentes la oportuna sugerencia de titular estos pensamientos/ Cuando entre el paradigma “que todos somos uno”…, finalmente, comenzara a bajar la indiferencia, porque lo que es hoy día: se puede pasar frente a un difunto que velan, y no nos inmutamos; como si fuéramos seres de otro planeta o inmortales. Sin embargo, cuando alguien muere (todo ser) algo de nosotros mismos también muere; y el nacimiento, igual.



                (La formación permanente) Educador que no lee, no es educador. Siempre, y ahora igual, el saber, el conocimiento, la ciencia y tecnología llevan un ritmo de cambio… que decir veloz es poco; entonces, quien pretenda educar (y no solamente trabajar de) ha d empezar por ahí… y el Sistema no debiera ser el primer obstáculo en este deber y desafío.



                (La Paz) Sin dialogo no hay paz…, y sin paz, falta todo. Veamos esto en los más diversos niveles: personal, familiar, de hogar, laboral, social, mundial… La paz es el piso para edificar cualquiera de las instituciones y de nosotros mismos también.

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