lunes, 4 de junio de 2018

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Bienaventurados los que siembran árboles procurando el alimento no solo para si mismos sino para la humanidad y comunidad ecológica toda. Es una manera de integrarse al Universo a través de la tierra. Una comunión perdida por intereses oscuros y perversos.
Los clamores por la paz a través de la justicia resuenan por todas partes, especialmente allí donde se pisotea la verdad. La conciencia calla por décadas pero permanece viva en millares de seres humanos, particularmente los mas orillados por el avance del torrente de la ambición irracional, cruel y asesina.