lunes, 28 de noviembre de 2016


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     Tener buena autoestima no significa creerse lo que no se es. Dice “buena” no “falsa” autoestima. Sin embargo, no pocos a partir de su confusión van perjudicando a los demás… ¿qué  bueno se puede esperar de una persona desequilibrada?

               

                La esperanza no se construye con deseos; sino con acciones. Vivir de esperanzas no tiene sentido,  que es muy distinto a vivir con esperanza, es decir, imprimiéndole ese sello a todo lo que se hace con un dedicado y cuidadoso trabajo cotidiano.



         El mercado lo colapsa todo; y lo colapsa todo porque su fuente es el egoísmo y la ambición. Incluso es motivo de burla y de sarcasmos pretender asociar el altruismo y la solidaridad con los seres humanos y con el medio ambiente al mercado. Por desgracia han llegado a ser contrapuestas.



          La falta de creatividad nos va encerrando cada vez más en una especie de túnel  sin salida; pero esta pobreza no se debe al cerebro humano que es extraordinario, sino al sistema establecido, que es una férrea estructura de intereses, que impide y asfixia la urgente creatividad para abrir nuevas formas de convivencia y de existencia.



    Olvidar u obviar que ser padres es ser modelos es un craso error. Esa sustitución a ser proveedores no responde a  las necesidades que tienen los hijos de tener ejemplos en quienes inspirarse para construir su propia existencia.



     Vivir y trabajar solo con una visión de futuro a llevado a perder la capacidad de vivir el presente…, por eso muchas torres de éxito están edificadas sobre vidas fracasadas…, llenas de todo, menos de amor, de paz, de humanidad.



    Nadie se puede arrogar hablar o representar a Dios; Dios habla a través de la humanidad y de la naturaleza, por lo tanto, todos estamos llamados a escucharlo e interpretarlo. Sin olvidar que Dios no es ni está en una individualidad sino una comunidad.

domingo, 27 de noviembre de 2016


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Lo que tiene al mundo y a la tierra en agonía ha sido y es la ambición de seres humanos… ¡Y vaya paradoja! Nadie osa ni siquiera nombrarla por su nombre. Eufemísticamente se le etiqueta con otros, como: emprendedor, inteligente, exitoso, triunfador,… y tienen la osadía de presentarse como ejemplo para niños y jóvenes. Esto tiene más carácter de locura que de otra cosa.



Aquel que se cree bueno; es porque no lo es. La bondad no puede existir sin la humildad. Esas creencias solo son para autoengañarse, inútiles intentos de tranquilizar su conciencia que no dejan en paz al impostor.



La educación que no forma hombres y mujeres nuevos es un daño para la sociedad. La sociedad y el mundo no necesita más de lo mismo sino más de lo nuevo, lo distinto… sino

¿Cómo se espera que el mundo cambie? Seguiría igual y cada vez peor.



El abandono de la austeridad es un error inducido por la maquinaria del consumismo. A esos poderes no les sirve tener clientes inteligentes sino clientes sumisos, que bailen al ritmo que se les ponga…, y para eso se han inventado temporadas, remates y ofertones… y todo lo demás.



Si nuestra vida no tiene silencios, se vuelve estéril.  La fecundidad, la luz y la dirección correcta de la vida provienen del silencio con paz, del sosiego del alma, del verse cara a cara a si mismo y aceptarse; no como un ser acabado, definido, sino como un proyecto hacia la perfección por la vía del amor y no del odio ni del rencor.



Hoy día no se trata de ser valientes sino de ser honestos. Dejemos la valentía para cuando se necesita… pero la honestidad es necesaria todo el tiempo. Sin ella, todo se derrumba porque es poderosa como la polilla que acaba con hermosas casas.



 Si nadie escucha, aunque todos oigan, es un monologo eterno. Así, cerca pueden estar pero existencialmente están a miles de kilómetros…, no se puede dialogar con quien no escucha; pero el desafío no es exigirle al otro que cambie, sino cambiar uno mismo.



 No vale la pena correr si no se sabe a dónde se va. Primero hay que definir la meta y luego hacer el camino para alcanzarla. La desgracia es que hay muchas vidas que por indolencia o por las prisiones creadas por el sistema, carecen de esta oportunidad que les dignificaría sin par.

sábado, 26 de noviembre de 2016


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                Los aprendizajes de los errores son posibles solo cuando hay evaluación. Por desgracia, hace mucha falta, además del espíritu crítico y constructivo a la vez. Y los resultados están a la vista: la monotonía y la decadencia.



                Lo más preciado que tenemos es el tiempo, y la demanda esencial del otro es tiempo. Sin embargo, es común buscar sustitutos, que por caros que sean jamás entregarán lo que entrega el tiempo: que es atención, escucha, admiración, comprensión, valoración, compañía, …



                Quitarle los sueños a una persona es quitarle las alas; mas, imponerle los sueños, es condenarlo a las mazmorras. Solamente el mar de la libertad le permite a cada uno llegar a puerto.



                Cualquier lugar se puede tornar como el más sagrado.  Ese lugar donde pueda fluir la energía transformadora, renovadora y creadora de sus miembros, ya sean hogar, aula de clases, grupo comunitario… todo está en ser sinceros, auténticos y coherentes.



                El problema no es el egoísmo sino la falta de solidaridad. Para quienes sostienen que el egoísmo es el motor de la vida…, bastaría que añadieran también como complemento, que su culmen u océano de llegada debiera ser la solidaridad.



                Cuando nuestra Biblia principal sea la Naturaleza, entonces estará comenzando un mundo nuevo, actual, fresco y refrescante… porque la Naturaleza es palabra, es acción, es vida, es el  universo de la acción del Creador en presente (un eterno presente).



                Lo que no se conoce no se ama: ¿Cómo se va amar el estudio sino se le conoce? Es una contradicción pretender que el alumno estudie si no sabe (y nadie le ha ensenado) cómo estudiar. Sería como pedirle a alguien que maneje si no sabe.

Para estudiar y para enseñar, primero hay que sanarse. Sanarse de los prejuicios, de la falta de capacidad de escuchar, de la flojera…, y de la falta de capacidad de amar. Solo en este seno puede nacer el milagro del estudio; es decir, que todos sus participantes cambien, evolucionen, se vuelvan más humanos.



domingo, 20 de noviembre de 2016


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            No se trata de ser inteligentes sino sensatos. Porque para hacer daño, destruir, mentir… también se necesita ser inteligente; en cambio, la sensatez es un freno a las ambiciones, un muro para los vicios, un cauce para las virtudes.



            El motor que mueve la existencia del hombre es la búsqueda de sí mismo. Afán que perdura hasta su último aliento y no lo consigue. Más ese no es su drama sino solamente haber vivido sin haberse encontrado en el otro.



            Para comprender hay que silenciar el egoísmo; porque este todo lo deforma y lo vuelve a su medida…, sin importarle lo que el otro piensa, siente o dice. El egoísmo es como una lápida que todo lo sepulta, comenzando por su propia víctima.



            No se trata de ir al cielo sino de ir a la tierra. Hay ideologías que solo hablan del cielo y ni una palabra de la tierra: es como cerrar los ojos para no ver que todo se está quemando.

           

            Envejecer sin ser sabio es haber perdido el tiempo. La sabiduría se muestra en la forma de tratarse a sí mismo y de tratar a los demás. Sin arrebatos ni menosprecios a granel, sino siempre con amabilidad, valoración y admiración por el otro.



            La verdadera riqueza no consiste en conquistar al otro, sino en conquistarse a sí mismo. Esto consiste no en destruirse sino en aceptarse y quererse tal como se es: sin alteraciones orgullosas ni autoflagelaciones para caerle bien a los otros.
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Las plantas, los animales, el agua y aire limpios…, hacen de esta tierra un paraíso; en cambio, la acumulación de montañas de dinero y los rascacielos de emporios de capitales financieros y especulativos han vuelto de esta tierra un infierno con muchedumbres de esclavos.



            La tierra no está solo para mirarla, mucho menos, para ignorarla; ella está cual vientre para ser fecundado por el trabajo de nuestras manos, la inteligencia y el amor de nuestro corazón. Quien no ama la tierra no es humano.



            El verdadero aprendizaje no se encuentra en las aulas sino entre las espinas del camino de la vida: donde hay que aprender a levantarse, a reinventarse, a creer en si mismo… a vivir y no permitir ser vivido.



            Hay quienes se dejan llevar por el afán destructor. Y no se dan cuenta que además de no quererse tampoco quieren a los demás. El menosprecio por todo tiene sus orígenes muy arraigados que por cualquier motivo enciende grandes fuegos.



            No saber tolerar es no saber amar; no saber perdonar es no saber qué es el amor. ¡Cuántos quieren cruzar el océano pero no se dan cuenta que no tiene agua!

           

            El mundo es sostenido por el amor, pero es controlado por el miedo. Mucha gente se acuesta y se levanta con miedo…,  a todo y a nada a la vez; sin tomar conciencia que el miedo es una especie de droga global creada.



            Todo sería mucho mejor si cada quien aprendiera a vivir con lo necesario y se liberara del absurdo de llenarse de lo que no necesita ni va a usar nunca. Es decir, si fuera normal y no artificial.

viernes, 18 de noviembre de 2016




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                No vivir entre envidias, rencillas, traiciones, hipocresías… no sería vivir en este mundo. De lo que se trata es de ser diferentes, o mejor dicho, lo opuesto; y no cansarse de resistir, perdonar y perseverar en el camino del bien.



                Las concentraciones de poder más que beneficiosas son perjudiciales…, no por el poder en si sino por la debilidad de los seres humanos que se olvidan de lo que son y se llenan de ilusiones de lo que no son ni pueden llegar a ser.

               

                Muchos de los estados de ánimo alterados, y diversos desequilibrios de los niños son una transmisión o contaminación de los estados emocionales nocivos de los mayores que les rodean. Por lo tanto, no es el pez el del problema sino el agua.

                La libertad se conquista  con sacrificio; la esclavitud, con libertinaje.  En nuestros días con demasiada frecuencia se confunde una con la otra, y las consecuencias están a la vista. Cuando  renuncia al derecho de ser libres, la persona se entrega al peor postor.



                El ser humano es feliz solo cuando es responsable. En la irresponsabilidad, la felicidad se diluye.  Esto explica porque tantas personas ni se encuentran a sí mismas ni con los otros… y la vida es lo que no debería ser.



                La rutina no solo destruye la creatividad  sino también la vida. Es un oxido que corroe la esencia del ser, dejándolo sin s esencia. Al parecer no se toma demasiado en serio la rutina, y hasta se juega a ella pensando que es divertido…, pero es jugar con veneno.



                Toda destrucción de lo otro es una destrucción de sí mismo. Algo tan obvio se logró sacarlo del cerebro humano, y en su lugar poner lo contrario: “quieres ser más… entonces destruye sin miramiento alguno”… así, pequeños grupos de la especie humana se han convertido en los más depredadores del planeta, dejado a su paso, muerte y destrucción.



                Plantemos árboles, reguemos plantas, no hagamos de la tierra nuestro basurero, sino nuestro hogar. Por desgracia, así como nos tratamos a nosotros mismos, tratamos a los demás. Si no cambiamos nuestra mentalidad, no van a cambiar nuestros hábitos.

viernes, 11 de noviembre de 2016


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                Los grandes temas, los temas importantes están ausentes de los medios de comunicación de masas  , con frecuencia se ocultan intencionalmente. Esa es la pobreza de la información cuando es controlada por grandes monopolios.



                La apertura mental comienza  y termina en el silencio. Desde allí se crea y recrea el universo. Por eso, la falta de silencio en la vida de toda persona es una carencia mayor, y de consecuencias impredecibles.



                La gracia no falta a nadie; lo que mucha falta hace es la capacidad de admirarla y valorarla. Esa ceguera proviene de la disminución o pérdida de la capacidad de mirar al otro sin enjuiciarlo ni juzgarlo de antemano.



                El trabajo en equipo es el que posibilita grandes logros que individualmente ni en mil años alcanzaríamos. Pese a tal evidencia, generalmente, se carece de tal virtud en el reinado del individualismo inducido, alimentado y ocultado por grandes intenciones no visible al común de los mortales.



                Todos piensan en hacer; pero pocos en lo que tienen que ser. La riqueza y luz de todo proviene del ser. Por eso muchos quehaceres son estériles porque les falta la fecundidad del ser que todo lo contiene y a todo le da consistencia.



                La mayor fuente de la aflicción es la desesperanza. Además de estar a la base del pesimismo, la resignación, el mal humor….  Con esperanza todo pensamiento se cambia y  la realidad se da por aludida.



                Lo que le da grandeza a toda persona son sus intuiciones. Esas mociones del Espíritu que le indican que hacer y no deja de hacerlo… porque la vida no es permanencia sino tránsito. Su belleza está en el pasar haciendo el bien, no en la ilusión de permanecer.



                El desconcierto, personal o social, es como el huracán; comienza siempre de forma insignificante. Por eso, la capacidad de actuar previniendo tempestades es el talento más necesario de este tiempo.

miércoles, 9 de noviembre de 2016


jlfg-pag. 389

                La violencia es monstruo ciego, una vez que se desata no discrimina. Por eso, nunca será suficiente lo que se haga por construir y mantener la paz…, con la certeza y la esperanza que es posible para nosotros la especie humana.



                Nuestros mejores aliados pueden ser nuestros pensamientos, pero a su vez, pueden ser nuestros peores adversarios. Todo depende de cuan autocríticos seamos con nosotros mismos…, generalmente quienes son excesivamente críticos de los demás son del todo benevolentes consigo mismos.



                De la forma como se trata a los demás se tiene una referencia como la persona se trata a sí misma. El otro es un espejo en el cual no solo podemos vernos sino también apreciarnos o despreciarnos, aceptarnos tal como somos o rechazarnos.



                Hay sectores de la población que curiosamente van imponiendo sus puntos de vista; lo cual no está mal, pero lo preocupante son los visos de fascismo que conllevan (al menos en el discurso).



                El cerebro es el depósito de todo. Allí reside todo lo relacionado con el cielo y con la tierra; con la eternidad y la temporalidad… y conviven sin conflicto ni dualismo alguno. El desorden es externo e intencionado.



                 El problema del ser humano es que no sabe lo que quiere; o mejor, que confundido, llega a querer lo que no debería.  La confusión pareciera ser la suerte con la cual hay que lidiar,… y esperar que la conciencia recobre su vigencia.



                Acción y reacción pareciera ser el círculo vicioso como la humanidad hace su historia. Así, todo el tiempo hablando de hacer…, pero a costa de deshacer lo anterior. Entones, ¿Dónde está el avance?



                ¿Se le puede creer a un político? A un político, no; pero a una persona horada, sí. Esto no es estar en contra de los políticos/as sino en contra de la deshonestidad. De la boca pueden salir todo tipo de virtudes pero también de abominaciones.

lunes, 7 de noviembre de 2016


Jlfg-pag. 388

                Pareciera que no hay nada más breve que la vida; que no vale la pena perderse en detalles, sino hacer de los detalles lo más solemne y grandioso en todo tiempo y lugar… y así, jamás se conocerá eso que llaman rutina.



                Cuando a la ciudadanía le imponen candidatos presidenciables no es democracia… será “individuocracia” o algo así…., y que al final, son los gobiernos de los grandes centros de poder económico que controlan la Democracia.



                Desgraciadamente pareciera que son bastantes los que van por la vida movidos por energías reactivas y no propositivas…., eso los lleva a ser más propensos a destruir que a construir. Y como agravante, se lo creen que eso es lo mejor, o por lo menos, lo normal.



                Basta ya de conformarse con ser seres racionales; mucha falta hace de contar con seres emocionalmente sanos: que no se hagan daño a sí mismos y tampoco lo hagan a los demás a quienes ven solamente como culpables de lo que les ocurre y hasta de lo piensan.



                La sociedad produce seres de acuerdo a su medida. Por eso, más que condenar a individuos debería preguntarse: ¿Por qué crea esos individuos? Y tener el coraje de ver en ellos el reflejo de lo que ella es.



                En realidad, la contaminación espiritual es anterior y peor a la contaminación ambiental. Así, todos los parches que se inventan para atajar ésta terminan siendo inútiles porque aquella sigue generando el nuestro ecocidio.



                Si la humanidad fuera libre otro mundo tendríamos; éste es el fruto de una humanidad prisionera y esclava de la sinrazón. Como especie nos han inducido a ser más irracionales que los animales…, y para no recapacitar se usa la droga de la vida en forma de vorágine.



                Es por lo menos una canallada decirla al otro “esfuérzate por ser feliz” si no se le provee de los factores necesarios para lograrlo; y peor todavía, si se los arrebata, privándoles de un derecho fundamental que quedara en cenizas. No se tendría que olvidar nunca que la propia felicidad tiene como fuente la de los otros.




domingo, 6 de noviembre de 2016


jlfg-pag. 387

                La violencia es monstruo ciego, una vez que se desata no discrimina. Por eso, nunca será suficiente lo que se haga por construir y mantener la paz…, con la certeza y la esperanza que es posible para nosotros la especie humana.



                Nuestros mejores aliados pueden ser nuestros pensamientos, pero a su vez, pueden ser nuestros peores adversarios. Todo depende de cuan autocríticos seamos con nosotros mismos…, generalmente quienes son excesivamente críticos de los demás son del todo benevolentes consigo mismos.



                De la forma como se trata a los demás se tiene una referencia como la persona se trata a sí misma. El otro es un espejo en el cual no solo podemos vernos sino también apreciarnos o despreciarnos, aceptarnos tal como somos o rechazarnos.



                El tema central no es que vivamos sino para vivimos. Nuestra existencia es un hecho cultural, no biológico. Entonces, tanto cuidado y esmero merece uno y otro proceso para llegar a ser seres humanos plenos.



                La responsabilidad no es tal sin junto al cuidado de nuestra corporalidad no le acompaña  en proporciones iguales el cuidado de nuestro espíritu. El interior pone el sello a al ser físico que presentamos.  Y nuestra relación con los otros nunca es solo corporal sino a su vez desde  ser interior que hayamos construido.



                Todo en exceso es dañino: la privatización como la estatización también. El equilibrio siempre ha sido difícil, pero en él está la salud y el progreso de una sociedad. En su defecto, el caos, la violencia  y la injusticia.



                Quienes insisten en intentar estudiar con música: debieran considera cual es la que les permite alcanzar altos niveles de productividad, creatividad y eficacia; y por supuesto, no solo entretenimiento y autoengaño.



                No es necesario ser ciegos para no ver, basta ser indiferentes. La peor ceguera y sordera es la del que ha perdido la sensibilidad  porque así ha perdido la comunicación: que es el principio y el final del yo.

viernes, 4 de noviembre de 2016


Jlfg-pag. 387

                Lograr leer los problemas como una oportunidad, y las dificultades como desafíos… es un arte y mentalidad posible, que en estos tiempos, es más necesaria frente al diluvio de aquellos.



                El mundo, la tierra solo tiene futuro a partir de la solidaridad, y no de mercado. El mercado nos ha traicionado, porque nos hizo muchas promesas y ha terminado haciendo lo contrario: venenos, exclusión, consumismo, contaminación, superficialidad, etc.

               

                De lo peor que le puede ocurrir a un País es que los crímenes y violación de los derechos humanos y de la Tierra, y todo tipo de delitos,  queden impunes; porque el tumor no se extirpa ni se cura, sino que permanece silencioso.



                ¿Se puede vivir sin pensar? Pareciera que es difícil, pero sí. El punto de partida es el abandono de la lectura; se continua por el analfabetismo funcional (no se entiende lo poco que se lee). En increíble, pero ¡solo para no quedarnos sin pensar, se debería leer!



                 Cuando la vida no tiene fulgor, no es que haya desaparecido el sol, solamente esta nublado. Una buena limpieza interior, no solamente se alivianan las cargas sino también reaparece el camino a andar.



                “El poco me importa” es el camino al “nada me importa”. Cuando esto se cristaliza pulveriza la sensibilidad y la solidaridad en el individuo. Entonces, la sociedad ha perdido un amigo y ha ganado un extraño y hasta un enemigo más.



                Generarse fortunas o poder sin moral…, pueden pasar siglos, pero todo se revierte a punto cero. El necio, esto no lo ve ni lo entiende, y se empecina más y más en su error que pervive así sea encerrado en mansiones de mármol.



                 La carencia de ritos no es una riqueza sino una pobreza. Comienzan en el hogar como instancias de convocación, encuentro, comunicación y aceptación de cada uno. Se enriquece con los silencios, gestos, movimientos, música… Tal vez, mucha riqueza humanizadora no se está sacando  de las cajas fuertes del egoísmo, frustración e  incredibilidad mutua.

jueves, 3 de noviembre de 2016


jlfg-pag. 386

El verdadero afán debiera ser no conocer a otras personas sino conocerse a sí mismo.                Solo el que se conoce a si mismo puede enriquecer al otro; quien necesita encontrarse con un sujeto y no con un objeto.



                Esperar que el otro sea como uno desea es perder el tiempo; más eficaz es comenzar a ser uno conforme a ese deseo.  Así, a buen entendedor, pocas palabras.

               

Para tener espiritualidad no es necesaria una religión; lo que se requiere es que el individuo sea coherente. Y esta es la fuente de toda virtud y garantía para un camino correcto.



                Hay quienes no creen en la amistad solamente en la competencia. Pero nuestra naturaleza no proviene del Mercado, proviene del Amor. Entonces, bien valdría reordenar nuestra escala de valores y principios.

               

                No hay dos mundos iguales, cada uno se construye el suyo como puede…, por eso lo que generalmente falta es comprensión, y lo que sobra es intolerancia.



                Es imposible encontrar al otro sino partimos de nuestra trascendencia, es decir, de la bondad (de lo mejor de nosotros mismos); partir del egoísmo es ir al vacío.



                Hablar y gesticular para mentir ha llegado al paroxismo, por eso, internamente casi nadie cree en nadie. En su interior casi se puede leer una leyenda que dice: “no le creas, te está mintiendo”.  Por eso, ¡hay una gran oportunidad para ser diferentes!



                 ¿Qué es el orden? Poner cada cosa en el lugar que le corresponde. Entonces, quizá por eso nuestra vida puede ir a la deriva y al debacle. En efecto, carecer de una escala de valores da origen a una escalada de confusión, tensión y animadversión.

               

                El hastío de la vida no se resuelve con una comida rápida; hay que anclar en puerto, reparar y luego volver a navegar. Es decir, ni siquiera las maquinas se reparan automáticamente. En nuestro caso, muchas veces, más que buscar causas lo que necesitamos es reencantarnos.



La fuerza del consumismo es tal que sigue arrasando con la salud de millones… y éstos no tienen fuerza de voluntad para decir “NO” al veneno que consumen: es el reinado del neuromarketing que logra reemplazar al sentido común de la persona.



                El egoísta piensa que es fuerte, pero solamente refleja su gran debilidad y temor. Lo que no es capaz de compartir se le convierte en una montaña que termina sepultándolo.



                La apariencia está asfixiando a mucha gente. Sonríen pero no están alegres. Viven pero no disfrutan. Y contemplan el horizonte con nostalgia… se sienten muy extraños en este mundo. La soledad y el aislamiento los aprisiona… No dar la espalda a este fenómeno debiera ser el desafío para la creatividad y solidaridad de otros.



                Solamente el trabajo transforma la realidad. Pero el trabajo trasciende la actividad física. Es más, todo trabajo físico sin alma nos vuelve más máquinas y menos seres humanos.  ¿De qué sirve contar con millones de individuos si nuestra sociedad no cuenta con seres humanos?

martes, 1 de noviembre de 2016


Jlfg-pag. 385

                La generación actual sigue reclamando igualdad vs. Jerarquización; lo cual está muy bien.  Solo que unos y otros no tenemos que olvidar que la igualdad no anula la diversidad. Al seguir siendo diversos, ha de estar presente la tolerancia, el respeto muto, y el mutuo aprendizaje.



                La Tierra tiene derechos, anteriores a los nuestros. Cuando alcancemos a convivir respetándonos mutuamente, entonces, seremos seres vivos todos. Algo se puede avanzar hacia allá si salimos del estado de dormición.



                El pasado solo podemos interpretarlo; más no conocerlo. De ser así, no habría espacio para dogmatismos ni guerras ideológicas. Sino que se concordaría en optar por la convivencia pacífica y constructiva asumiendo la diversidad como condición humana natural.

               

                Una vida sin meta es una existencia perdida. Imponerlas es un error; descubrirlas, un verdadero milagro a partir del cual se puede generar una vida plena, personal y socialmente exitosa. De ese éxito casi desconocido: que no se sirve ni atropella a los otros.



                Todo ser es infinito, pero al humano le da pánico solo pensarlo. Lo que es un misterio lo siente como una amenaza; entonces, consciente o inconscientemente, da la espalda a la luz y opta por una existencia gris.



                Cuando recobremos la comunicación humana estaremos en el punto de partida correcto. Ese tipo de comunicación se caracteriza porque por sobre todo “escucha”. No se impone ni enseña: aprende… y brinda al otro valor, aprecio y acogida para que exista como tal.



                Si solo se comprendiera que no se trata de poner la confianza en otro sino en sí mismo, entonces, se evitaría tanta decepción, dispersión y desengaños.  Para ello hay que descifrar los cantos de sirenas del palabrerío engañoso y manipulador.



                Pretender educar sólo con palabras es tiempo perdido, porque lo que enseña  es lo que se muestra. “¿quieres saber qué hay hacer? Mira lo que hago.” Entonces, hasta sobran las palabras.