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La
violencia es monstruo ciego, una vez que se desata no discrimina. Por eso,
nunca será suficiente lo que se haga por construir y mantener la paz…, con la
certeza y la esperanza que es posible para nosotros la especie humana.
Nuestros
mejores aliados pueden ser nuestros pensamientos, pero a su vez, pueden ser
nuestros peores adversarios. Todo depende de cuan autocríticos seamos con
nosotros mismos…, generalmente quienes son excesivamente críticos de los demás
son del todo benevolentes consigo mismos.
De la
forma como se trata a los demás se tiene una referencia como la persona se
trata a sí misma. El otro es un espejo en el cual no solo podemos vernos sino
también apreciarnos o despreciarnos, aceptarnos tal como somos o rechazarnos.
Hay
sectores de la población que curiosamente van imponiendo sus puntos de vista;
lo cual no está mal, pero lo preocupante son los visos de fascismo que
conllevan (al menos en el discurso).
El
cerebro es el depósito de todo. Allí reside todo lo relacionado con el cielo y
con la tierra; con la eternidad y la temporalidad… y conviven sin conflicto ni
dualismo alguno. El desorden es externo e intencionado.
El problema del ser humano es que no sabe lo
que quiere; o mejor, que confundido, llega a querer lo que no debería. La confusión pareciera ser la suerte con la
cual hay que lidiar,… y esperar que la conciencia recobre su vigencia.
Acción
y reacción pareciera ser el círculo vicioso como la humanidad hace su historia.
Así, todo el tiempo hablando de hacer…, pero a costa de deshacer lo anterior.
Entones, ¿Dónde está el avance?
¿Se le
puede creer a un político? A un político, no; pero a una persona horada, sí. Esto
no es estar en contra de los políticos/as sino en contra de la deshonestidad.
De la boca pueden salir todo tipo de virtudes pero también de abominaciones.
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