lunes, 28 de noviembre de 2016


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     Tener buena autoestima no significa creerse lo que no se es. Dice “buena” no “falsa” autoestima. Sin embargo, no pocos a partir de su confusión van perjudicando a los demás… ¿qué  bueno se puede esperar de una persona desequilibrada?

               

                La esperanza no se construye con deseos; sino con acciones. Vivir de esperanzas no tiene sentido,  que es muy distinto a vivir con esperanza, es decir, imprimiéndole ese sello a todo lo que se hace con un dedicado y cuidadoso trabajo cotidiano.



         El mercado lo colapsa todo; y lo colapsa todo porque su fuente es el egoísmo y la ambición. Incluso es motivo de burla y de sarcasmos pretender asociar el altruismo y la solidaridad con los seres humanos y con el medio ambiente al mercado. Por desgracia han llegado a ser contrapuestas.



          La falta de creatividad nos va encerrando cada vez más en una especie de túnel  sin salida; pero esta pobreza no se debe al cerebro humano que es extraordinario, sino al sistema establecido, que es una férrea estructura de intereses, que impide y asfixia la urgente creatividad para abrir nuevas formas de convivencia y de existencia.



    Olvidar u obviar que ser padres es ser modelos es un craso error. Esa sustitución a ser proveedores no responde a  las necesidades que tienen los hijos de tener ejemplos en quienes inspirarse para construir su propia existencia.



     Vivir y trabajar solo con una visión de futuro a llevado a perder la capacidad de vivir el presente…, por eso muchas torres de éxito están edificadas sobre vidas fracasadas…, llenas de todo, menos de amor, de paz, de humanidad.



    Nadie se puede arrogar hablar o representar a Dios; Dios habla a través de la humanidad y de la naturaleza, por lo tanto, todos estamos llamados a escucharlo e interpretarlo. Sin olvidar que Dios no es ni está en una individualidad sino una comunidad.

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