Jlfg-pag.394
Los
aprendizajes de los errores son posibles solo cuando hay evaluación. Por
desgracia, hace mucha falta, además del espíritu crítico y constructivo a la
vez. Y los resultados están a la vista: la monotonía y la decadencia.
Lo más
preciado que tenemos es el tiempo, y la demanda esencial del otro es tiempo.
Sin embargo, es común buscar sustitutos, que por caros que sean jamás
entregarán lo que entrega el tiempo: que es atención, escucha, admiración,
comprensión, valoración, compañía, …
Quitarle
los sueños a una persona es quitarle las alas; mas, imponerle los sueños, es
condenarlo a las mazmorras. Solamente el mar de la libertad le permite a cada
uno llegar a puerto.
Cualquier
lugar se puede tornar como el más sagrado. Ese lugar donde pueda fluir la energía transformadora,
renovadora y creadora de sus miembros, ya sean hogar, aula de clases, grupo
comunitario… todo está en ser sinceros, auténticos y coherentes.
El
problema no es el egoísmo sino la falta de solidaridad. Para quienes sostienen
que el egoísmo es el motor de la vida…, bastaría que añadieran también como
complemento, que su culmen u océano de llegada debiera ser la solidaridad.
Cuando
nuestra Biblia principal sea la Naturaleza, entonces estará comenzando un mundo
nuevo, actual, fresco y refrescante… porque la Naturaleza es palabra, es acción,
es vida, es el universo de la acción del
Creador en presente (un eterno presente).
Lo que
no se conoce no se ama: ¿Cómo se va amar el estudio sino se le conoce? Es una contradicción
pretender que el alumno estudie si no sabe (y nadie le ha ensenado) cómo
estudiar. Sería como pedirle a alguien que maneje si no sabe.
Para estudiar y para enseñar, primero hay que sanarse. Sanarse de los prejuicios, de la falta de capacidad de escuchar, de la flojera…, y de la falta de capacidad de amar. Solo en este seno puede nacer el milagro del estudio; es decir, que todos sus participantes cambien, evolucionen, se vuelvan más humanos.
Para estudiar y para enseñar, primero hay que sanarse. Sanarse de los prejuicios, de la falta de capacidad de escuchar, de la flojera…, y de la falta de capacidad de amar. Solo en este seno puede nacer el milagro del estudio; es decir, que todos sus participantes cambien, evolucionen, se vuelvan más humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario