jueves, 28 de febrero de 2013


105-jlfg (autor)
Cuando la gratitud anida en el corazón; éste se convierte en un manantial de inagotable de bondad.
El equilibrio se pierde cuando cesa el cambio.
La flor agradecida abre sus pétalos cada día al salir el sol, y responde a su beso con su perfume.
A su paso la corriente de agua no es indiferente a las raíces que claman por vivir para dar sus frutos.
Conquistarse a sí mismo es una tarea de toda la vida.
¡Sorprenderse!: un don cada vez más escaso.
La quietud es el preámbulo de la paz; y el silencio su cuna.
El amor es nuevo cada día; es un proceso, no es un estado.
Aprender de los errores es un camino excelente para vivir en el presente; liberándonos del candado del pasado.
Cuando se nos olvida que tenemos que ser; entonces naufragamos en el hacer.
Los poderes tratan de darse lecciones entre sí; pero están todos sordos.
No se tendría que olvidar: los poderes son las naves; el océano son los pueblos.
Lo que parece más sólido, con frecuencia es lo más débil. Aun así, por debilidad, a veces, preferimos las apariencias.
Hay extremos: la política como el arte de servir la convierten en el arte de engañar.
En realidad, Dios nunca ha necesitado de religiones; es al revés.
La vida es un permanente “dialogo”; lo importante es con quien…
Nos encantan las certezas; pero la mayoría las inventamos.
Depende uno se sitúe…, así mira las cosas.

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