martes, 26 de febrero de 2013



104-jlfg (autor)
Los mayores terremotos no están ocurriendo en la Naturaleza sino en las Instituciones.
Todo es una unidad; no hay arriba y abajo; cielo y tierra; vida y muerte….
Compararse es otro nombre de competir; y permanecer en el círculo del error.
Un instante de vida es suficiente para estar agradecidos de la vida.
Todo está solamente  envuelto, nada mas tenemos que desenvolver: lo extraordinario en lo ordinario, lo divino en la materia; el silencio en el bullicio; la abundancia en la escasez….
La luz no descansa ni se cansa; siempre presente de día y de noche…, como el aire, el agua, la energía, el amor…
La fabricación de armas hace imposible la paz.
Nadie puede proveerse la vida a sí mismo; solamente recibirla y entregarla.
Aferrarse a algo o alguien es cortarse las alas a sí mismo.
La aspiración no ha de ser a no tener dolores…, sino que no los tengan los otros.
Respetar la libertad de cada cual es el mayor signo de amor.           
El día es noche cuando no está el ser amado; y la noche es día, cuando está.
El agua limpia y vivifica…; el perdón hace lo mismo.
Lo que fragmenta a la humanidad no son sus pensamientos ni idiomas, sino sus emociones.
La poderosa arma del miedo alcanza sus perversos objetivos paralizando; y no necesita más…
Tenemos una sola casa común; y solo falta la fraternidad.
Las religiones parece que se cansaron de su misión…, y se han dado vacaciones.
El espíritu que habita en cada ser lo sabe todo; y por eso calla… porque está en cada ser.
Cuando nuestra cabeza escucha al corazón; entonces se une el cielo con la tierra.
Sin conciencia el ser humano no está vivo ni muerto: es un ente.
El verdadero camino no es el que señalan los demás; es el que te construyes escuchando la voz del silencio.
Vivir es un acto de amor de miles y millones de seres que no vemos pero están procurándonos ese milagro.

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