101-jlfg (autor)
La tarea que nos toca no es recorrer
caminos sino abrirlos.
La vida bien vivida deja huellas
imborrables.
Es imposible dejar de ser emisores de
energía; el problema es ¿de qué tipo?
La añoranza carcome el alma; la esperanza
la fortalece.
Cuando la oración se llena de palabras; es
ruido que lo lleva el viento.
Lo que precisa no es observar a los demás;
sino contemplarlos.
Lo que Dios hizo es maravilloso; pero lo
que está haciendo, también.
El desanimo puede aparecer en la cabeza;
pero que no llegue al corazón.
El aferramiento al pasado equivale a
aferrarse a la cáscara del árbol, y renunciar ir a la medula del troco y a sus
raíces.
El temor invade a los poderosos, por eso se
llenan de armas.
La paciencia es la base de la
perseverancia.
Los imperios llegados su tiempo se
desmoronan solos.
La necesidad del descanso es tan imperiosa
como la de trabajar.
El mundo puede estar al revés, pero su
capacidad de volver al equilibrio no la pierde nunca.
Los artistas te sorprenden, gracias al
espíritu que mora en ti.
Quienes piensan que nada debe cambiar; han
puesto el arado delante de los bueyes.
La farándula es para el pensamiento lo que
la comida chatarra es para el cuerpo.
A veces la aceptación del otro requiere la anulación
de sí mismo.
La ansiedad es el primer paso para el
desequilibrio.
Cada día hay que germinar…, no importa si
es invierno o verano.
En la renovación esta la eternidad.
El dialogo con Dios tiene un canal: el
otro.
El fácil mantener la atención cuando hay
paz en el corazón.
La aceptación de si mismo es incompleta
sino le antecede la aceptación del otro.
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