miércoles, 6 de febrero de 2013


NÚMERO 96  (Autor: jl flores Gómez)
El derecho a la información es violado permanentemente por los medios de comunicación oligopólicos.
La desinformación es el arma principal de la guerra de cuarta generación.
El concepto y practica de “propiedad privada” es uno de los inventos más irracionales y perversos que
que se han creado.
El acierto mayor es darnos cuenta que somos meros “administradores” de la abundancia que es para todos los seres.
La tierra está llena de antenas y el espacio de satélites…, pero no es suficiente: la Tierra necesita de mas caminantes con luz en su corazón.
La fuga de sí mismo es constante, como si uno fuera lo menos deseado de conocer y amar.
A cuantos se nos ha olvidado que en la conversación lo principal es “escuchar”.
El camino al éxito no siempre coincide con el camino a la plenitud.
Nos resulta tan fácil ver lo que no nos gusta del otro; y tan difícil verlo en nosotros mismos.
“La fiebre por el oro del siglo XIX”  es poca cosa en comparación con “la fiebre por el consumismo”.
La clave para el descanso y la salud no es “desconectarse” sino “conectarse” a fuentes y núcleos de paz y de sentido.
El mayor aporte de la noche es el fulgor luminoso de las estrellas…
La infamia no existiera si no hubiera mentes pervertidas.
Pisotear al otro para ganar es como derribar el árbol para tener sombra.
Elegir el amor como la fuente para vivir es tan acertado como elegir el agua para calmar la sed.
Dar la vida no es un privilegio de héroes sino la alternativa al alcance de todos.
Uno de los errores más frecuentes es pretender ser feliz a costas del otro.
La existencia de santos y de sanguinarios…, nos habla de la existencia de muchedumbres con unas y otras características.
Los aprendizajes de cada jornada son lo más importante de vivir; son el insumo que promueven el crecimiento.
Los pequeños defectos del otro pueden ser los grandes defectos en uno.
La hora de meditación, de silencio…, es el tiempo más importante de la jornada en cuanto a la comunicación con todos y con el Universo que promueve.
La razón última de nuestro cuerpo es funcionar como una gran antena para captar lo real pero invisible.
Todos los seres somos importantes porque establecemos los nexos de comunicación entre unos y otros seres.

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