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Lo que sale al exterior con frecuencia no refleja lo que hay adentro; hoy es un día de signos.

El oro se encuentra oculto en la tierra; el amor y la luz reposan en la sencillez y presencia silenciosa.

¡El agua es tan poderosa, que la lluvia hace florecer los desiertos!

El reino de la mentira es muy vasto; pero las margaritas blancas florecen aun en medio de los pantanos.

Con poco agua se llena el vaso; así también el corazón de todos los seres, con poco amor cuando es sincero.

La paz es una conquista; y su permanencia una virtud.

Meditación y estudio: las dos alas para trascender y descender.

No se trata de negar los milagros sino de ¡percibirlos y celebrarlos!

Los gestos son más importantes que las palabras. Estas sin aquellos son contradictorias.

Los imperios no descansan en socavarse su propia ruina que es silenciosa pero letal.

El orden mantenido con armas es desorden.

La novedad es como el aire: nos envuelve pero no la vemos….

El amor no necesita gritar: atrae como la flor a las abejas.

El egoísmo y la ambición son ingeniosos: se inventaron las fronteras y nacionalidades.

Los roles se han extralimitado: cosificando y anulando a la persona.

Contra los poderes no hay quien pueda; pero ellos se desmoronan por sí mismos.

La señal que tú estás vivo es que todo a tu alrededor este vivo.

Solo la diversidad nos permite ser lo particular que somos.

Cuando nos despojamos del deseo de tener futuro; entonces hemos comenzado a vivir.

Sentirse pleno y feliz solamente con lo necesario es la mayor conquista del ser humano.

Hay que aprovechar toda circunstancia para sembrar las semillas del amor en tantos contextos áridos y sedientos.

No hay que olvidar nunca que lo que somos es gracias a los demás…  para tomar conciencia de lo que tenemos que ser.