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Las divisiones sociales son reflejo de la fragmentación interior de los individuos.

En la armonía del Universo, eterno e infinito, navegamos cual gotas de agua en el mar.

El mejor bien es dejar que corra por uno mismo la energía del amor para los demás.

No estamos en el peor de los mundos sino en el mejor; y depende de nosotros no obstaculizar el flujo de lo maravilloso.

Cada uno está rodeado de la maravilla del amor y la ternura: no hay que encerrarse en sí mismo.

La novedad es nuestra cotidianidad…, todo es nuevo instante tras instante; a pesar de nuestros estancamientos.

La vida solo requiere de sendas para llegar a muchos; y así que no mueran por falta del pan.

El fluir del agua y del viento nos recuerda sin cesar lo que está ocurriendo dentro de cada uno.

Los medios de comunicación de masas no están educando; están haciendo negocio altamente rentable.

El abandono de la educación de parte de los Gobiernos: es el mayor error de los tiempos actuales.

¿Será la meditación el modo más eficaz y productivo de trabajar?                    

Momento a momento todo cambia en el Universo y en nosotros… somos seres en continuum.

Somos cúmulos de sueños; y no hay que perderlos ni cambiarlos por monedas.

La reflexión constituye la palanca para recapacitar,…. y cambiar.

Sobre nada se puede decir la última palabra porque la verdad no la poseemos sino que la buscamos eternamente.

Siempre estamos frente a lo imprevisto e inaudito; solamente debemos acostumbrarnos para no traumatizarnos.

Tenemos que correr para alcanzar metas; y eso no es problema sino acertar o no hacia donde.

La gratitud a la Energía siempre puede estar presente: por los trabajos concedidos y por aquellos evitados.

La batalla por no perder nuestra libertad es la madre de las batallas en nuestros tiempos.

La exclusión no es humana; eso es un aprendizaje posterior en el contexto del individualismo reinante.

Hacer las cosas por hacerlas no tiene sentido; solamente cuando no le falta el sello personal.