Número 80
Cuidando la Tierra nos estamos cuidando a
nosotros mismos y a nuestros descendientes; su abandono, es nuestro abandono simultáneamente.
La evolución es paralela a la disminución de
la dependencia; y en consecuencia en la generación de sistema más autónomo intercomunicado.
(Pero no independiente)
La inteligencia no tiene que correr sola y
por su cuenta, debe ir acompañada y orientada por al Amor, siempre.
Es más útil que nos preguntemos “para qué”
en vez de la típica pregunta: ¿Por qué?
Generalmente nos han ensenado a “competir”;
pero es un camino equivocado porque nos enfrenta unos a otros. Lo que tenemos
que aprender y practicar es a “intercomunicarnos con el todo” y a ser
solidarios siempre.
En este principio de era, siento que lo más
importante es incentivar la “convivencia ecológica” más que convivencia social…;
y que aquella sea una buena consecuencia de ésta.
Reconstruir los vínculos con nuestra Madre
es lo más importante; ella ha sido tratada sin miramiento por la mentalidad
irracional y sin amor de individuos y transnacionales.
La Esperanza es lo más difícil de mantener
en nuestro tiempo porque el océano de la sociedad permanece demasiado
contaminado.
Las ideologías han cumplido una lamentable función:
embaucar a las masas. La liberación tiene su centro en la conciencia liberada
presente en cada ser.
Cambiar el concepto de “objeto” por “sujeto”
es fundamental en relación a la Tierra y a los otros para salir del hoyo
profundo en que ha caído la Humanidad conducida por la ceguera del poder sin
conciencia.
¿Qué sentido tiene vivir aprisionados tras
rejas y sistemas de alarmas? Paradójicamente las plantas parecen ser más libres
que muchos humanos.
De lo que se trata es ser heraldos de la Energía,
del Amor, de la Vida, aquí y ahora, y por todo el tiempo que dure nuestra vida.
Hablar de construcción de un nuevo
paradigma significa aceptar partir de las cenizas.