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El fallecimiento de personajes remueve el
piso de millones: por la visión siempre expectante del tema.
Bienvenida la transformación en todos sus
niveles: es parte de la naturaleza que nos contiene eternamente.
Los tiempos de gloria son cortos; los de
poder, efímeros…, y el olvido puede con todo.
El alma humana no encuentra sosiego
mientras esta fuera de sí misma.
La plenitud es lo más próximo que tenemos.
Las ideologías son causas de la mayor
unidad y de las mayores divisiones: dan cuenta de nuestra estructura siempre
insospechada.
Casi nadie enseña a pensar (ni personas ni
instituciones) e insisten en que lo mejor es la repetición.
La repetición impide el crecimiento, el
desarrollo, la evolución; es decir, niega la naturaleza del ser.
Creer que uno se levanta “seguir viviendo”
es un grave error; la vida no sigue, la vida es siempre.
La concepción que
se tenga de la vida es lo que determina la práctica de ella.
Los tesoros siempre se encuentran en medio
de desechos; el sabio los encuentra. El necio los confunde.
La
brevedad de la vida es un bien…, si nos alimenta la prudencia.
Todo lo que queremos esta dentro de
nosotros mismos; todo lo que necesitamos se encuentra en los otros.
Los atentados nos horrorizan por su
crueldad…, hay un gran atentado silencioso y secular que no queremos ver: la destrucción
del único lugar que todos tenemos para vivir.
No es preciso quitarle la vida al otro para
ser criminal; basta quitarle el pan (de la cultura, del espíritu, del cuerpo).
Cuando la creatividad pierde su bondad de
origen cuando es capturada por el mejor postor.
La gran amenaza de las Transnacionales es
que se vuelven inhumanas.
Cuando se invento la Banca probablemente no
se imaginaron que se convertiría en el gendarme de la inmensa cárcel de los
sobreendeudados.
Aprender a vivir es aprender a des-vivirse.
El subdesarrollo humano es mucho mayor que el
del tan publicitado desarrollo.
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