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Un pueblo que no cuida su hábitat es un
pueblo que se ama.
Ya es hora que empecemos a ser racionales y
nos despojemos de irracionalismo, porque el envenenamiento sigue subiendo sus
niveles sin una pizca de compasión.
La vida natural = salud; y una vida
artificial = enfermedad.
Los artistas tienen el don de hacer
visibles los sueños de la humanidad.
Hacer de la comunicación un canal para
transmitir el alma, es la única forma de respetar al otro.
Un Estado que no haga de cabeza en la educación
de su pueblo es un ente que ha traicionado su razón de ser.
El problema no es la privatización en sí, sino
en manos de quienes recae.
La revelación tiene un solo canal: el otro.
Para dividir a un pueblo, basta hacer un
trabajo sucio; para unirlo, hay que trabajar con honradez.
Dichosos los que han hecho del miedo solo
un apéndice; y no la fuente para vivir.
Hacer uso de la tecnología sin criterio es
como manipular veneno sin saberlo.
Enseñar sin educar es perder el
tiempo; y además una forma de ser
deshonesto con el otro.
La contemplación no es una actividad objetiva ni exterior; es subjetiva e interior.
Nuestra temporalidad y debilidad es la
plataforma que tenemos para levantar un vuelo alto todos los días.
El mayor tesoro para un ser humano es
contar con sabiduría que revierta la tendencia a la ceguera existencial.
Como con el tiempo todo se corrompe: desde
la fruta hasta las instituciones; la renovación y cambio es una necesidad del
presente para que haya futuro.
Cae el pétalo de la flor: pero su aroma y
color son eternos.
Para que termine el reino de la desconfianza:
hay que dar cabida a la sinceridad y honradez.
El desconocimiento del otro es reflejo del
desconocimiento de sí mismo.
Cuando el gusto toma la delantera; el
deber abandona la carrera.
Se sabe que los monopolios y oligopolios
son el cáncer para la economía de mercado; pero no se hace nada por evitarlos.
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