domingo, 7 de abril de 2013


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Un pueblo que no cuida su hábitat es un pueblo que se ama.
Ya es hora que empecemos a ser racionales y nos despojemos de irracionalismo, porque el envenenamiento sigue subiendo sus niveles sin una pizca de compasión.
La vida natural = salud; y una vida artificial = enfermedad.
Los artistas tienen el don de hacer visibles los sueños de la humanidad.
Hacer de la comunicación un canal para transmitir el alma, es la única forma de respetar al otro.
Un Estado que no haga de cabeza en la educación de su pueblo es un ente que ha traicionado su razón de ser.
El problema no es la privatización en sí, sino en manos de quienes recae.
La revelación tiene un solo canal: el otro.
Para dividir a un pueblo, basta hacer un trabajo sucio; para unirlo, hay que trabajar con honradez.
Dichosos los que han hecho del miedo solo un apéndice; y no la fuente para vivir.
Hacer uso de la tecnología sin criterio es como manipular veneno sin saberlo.
Enseñar sin educar es perder el tiempo;  y además una forma de ser deshonesto con el otro.
La contemplación no es una actividad  objetiva ni exterior; es subjetiva e interior.
Nuestra temporalidad y debilidad es la plataforma que tenemos para levantar un vuelo alto todos los días.
El mayor tesoro para un ser humano es contar con sabiduría que revierta la tendencia a la ceguera existencial.
Como con el tiempo todo se corrompe: desde la fruta hasta las instituciones; la renovación y cambio es una necesidad del presente para que haya futuro.
Cae el pétalo de la flor: pero su aroma y color son eternos.
Para que termine el reino de la desconfianza: hay que dar cabida a la sinceridad y honradez.
El desconocimiento del otro es reflejo del desconocimiento de sí mismo.
Cuando el gusto toma la delantera; el deber  abandona la carrera.
Se sabe que los monopolios y oligopolios son el cáncer para la economía de mercado; pero no se hace nada por evitarlos.

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