La vida no es
para preocuparse de sí mismo; sino para ocuparse de los otros…
En todo ser hay
procesos de vida…, solamente que al no verlos, los ignoramos; y hasta los
imprudentemente los negamos…
El cuerpo es uno
solo con el pensamiento…., no son dos, ¡son uno solo!
Vivir es fundamentalmente
“recibir”, más que “dar”… y cuando uno pueda dar, es una actuación de la
Divinidad.
Lo peor de
nuestra especie es su autorreferencia; lo mejor de las especies que nos rodean
es su capacidad de comunión: de convivencia entre sí; haciendo hermosa la
diversidad.
Cada día es
continuidad y comienzo a la vez: porque hay que seguir con lo comenzado, y todo
es nuevo.
El regalo de la
Radio es cada día maravilloso: en su música y en sus contenidos… porque ¡la
gente que la anima es MARAVILLOSA!
Y más que las
palabras e imágenes es el Espíritu (Energía) que se comparte el/la que alimenta
sin medida…
Como las nubes en
el cielo, que van y vienen,… el amor no
está ausente en medio de nubarrones amenazantes de la vida en los más
diversos seres del Planeta.
Lo nocivo no es
el capitalismo ni el socialismo…, sino ¡en manos de quienes cae!... Estos/as
son los temibles.
Como las ramas y
hojas buscan la luz del sol para vivir, crecer y desarrollarse…, así muchas
personas están hartas el ambiente mediocre de la rutina y desean
ser-conocerse-evolucionar: ¡un signo de nuestros tiempos!
La cúspide del
camino ha de ser la expresión de la Energía del Amor creador y sanador, fuente
de paz y plenitud de forma espontanea, natural y sincera.
El fuerte que
crea débiles, no es fuerte; sino que es el más débil.
El que hace el
mal (daño a otro) no piensa que también se lo hace a sí mismo; y las
consecuencias se lo recuerdan.
El ser es la
morada de la Divinidad; y buscar –conseguir- que el pensamiento sea expresión
del ser es la plenitud misma.
Fundamentalmente
somos receptores y transmisores de la Energía del Amor; pero trataron de
convertirnos en dependientes e inútiles (y lo peor, fue haberlo creído).
La evolución
personal, no tiene término en uno mismo, sino en el otro… o sea, el Amor no se
queda en uno mismo.
Conversar no es
solamente “hablar”: sobre todo es callar, escuchar, acoger al otro.
El “dialogo” con
nuestras células ¡es tan maravilloso como nacer de nuevo! (Evolucionar del
automatismo a la toma de conciencia).
¡Qué misterio es
el ser!... Es y no es…, somos y no somos: nuestra esencia es movimiento.
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