martes, 27 de noviembre de 2012

jlfg: Numero 65


La vida no es para preocuparse de sí mismo; sino para ocuparse  de los otros…
En todo ser hay procesos de vida…, solamente que al no verlos, los ignoramos; y hasta los imprudentemente los negamos…
El cuerpo es uno solo con el pensamiento…., no son dos, ¡son uno solo!
Vivir es fundamentalmente “recibir”, más que “dar”… y cuando uno pueda dar, es una actuación de la Divinidad.
Lo peor de nuestra especie es su autorreferencia; lo mejor de las especies que nos rodean es su capacidad de comunión: de convivencia entre sí; haciendo hermosa la diversidad.
Cada día es continuidad y comienzo a la vez: porque hay que seguir con lo comenzado, y todo es nuevo.
El regalo de la Radio es cada día maravilloso: en su música y en sus contenidos… porque ¡la gente que la anima es MARAVILLOSA!
Y más que las palabras e imágenes es el Espíritu (Energía) que se comparte el/la que alimenta sin medida…
Como las nubes en el cielo, que van y vienen,… el amor no está ausente en medio de nubarrones amenazantes de la vida en los más diversos seres del Planeta.
Lo nocivo no es el capitalismo ni el socialismo…, sino ¡en manos de quienes cae!... Estos/as son los temibles.
Como las ramas y hojas buscan la luz del sol para vivir, crecer y desarrollarse…, así muchas personas están hartas el ambiente mediocre de la rutina y desean ser-conocerse-evolucionar: ¡un signo de nuestros tiempos!
La cúspide del camino ha de ser la expresión de la Energía del Amor creador y sanador, fuente de paz y plenitud de forma espontanea, natural y sincera.
El fuerte que crea débiles, no es fuerte; sino que es el más débil.
El que hace el mal (daño a otro) no piensa que también se lo hace a sí mismo; y las consecuencias se lo recuerdan.
El ser es la morada de la Divinidad; y buscar –conseguir- que el pensamiento sea expresión del ser es la plenitud misma.
Fundamentalmente somos receptores y transmisores de la Energía del Amor; pero trataron de convertirnos en dependientes e inútiles (y lo peor, fue haberlo creído).
La evolución personal, no tiene término en uno mismo, sino en el otro… o sea, el Amor no se queda en uno mismo.
Conversar no es solamente “hablar”: sobre todo es callar, escuchar, acoger al otro.
El “dialogo” con nuestras células ¡es tan maravilloso como nacer de nuevo! (Evolucionar del automatismo a la toma de conciencia).
¡Qué misterio es el ser!... Es y no es…, somos y no somos: nuestra esencia es movimiento.

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