martes, 13 de noviembre de 2012

JLFG : Número 58


El vacío (aislamiento) no existe…, la interrelación es nuestra fortaleza.
Nuestro hogar es la cultura; su carencia nos vuelve huérfanos.
El individualismo y/o la masa representan la destrucción del individuo.
La congestión exterior es reflejo de la interior…, de nada sirve buscar espacios despejados si vamos saturados.
No hay nada en productividad como el silencio: todo lo permite ver y sentir.
Hace millones de anos, la Tierra contempla al Universo: un ejemplo a seguir para salir de nuestro endiosamiento.
El lenguaje de la Naturaleza es el lenguaje más trascendente que nos rodea.
El perdón es fruto del amor; así sea al enemigo.
La paz que vivifica no se encuentra en el exterior (entretiene), sino en el interior de sí.
La sumatoria de plenitudes alimenta la dosis de libertad de nuestro ser frente al panoptismo.
Todo lo que nos acontece tiene su principio y fin; lo fundamental es su actualización constante.
Efectivamente, cada uno es como una semilla, de cuyo crecimiento dependen sus frutos.

El proceso de la vida es maravilloso… precisamente por ser proceso.
Las ilusiones se conocen porque no dan frutos.
Mas que correr, lo que importa es saber cómo se llega al objetivo.

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