miércoles, 16 de enero de 2013


NUMERO 91
Todo final es un nuevo comienzo…, no hay interrupciones; solo continuidad.
Escuchar el silencio es la mejor escucha; y la que dota de sentido a todo.
No olvidemos que somos habitantes del Universo, y no solo de la Tierra. Esta realidad nos abre al infinito y eternidad.
Las sendas de la paz concentran las más altas expresiones de violencia; y demuestra que son estériles.
El verdadero conocimiento no es el intelectual sino el de la experiencia. Constituye un descubrimiento.
Para descubrir hay, primero, que liberarse de las creencias; estas amarras cumplen un servicio previa a la orilla del océano…, pero para adentrarse, hay que romperlas y dejarlas.
La represión que ejercen los Estados es expresión de su desnaturalización.
El vocablo “democracia” ya se usa para cualquier cosa; a veces, hasta a su antítesis.
Lo que hay que cambiar es la “desesperanza”: que paraliza y genera múltiples enfermedades.
Lo malo de la política es que ha caído en manos de los peores e ineptos.
El afán de resguardarse, aparte de ser un gran negocio; tiene una dirección equivocada: el encerramiento… cuando de lo que se trata es de “salir” y construir los encuentros con los otros.
Las hormigas, las abejas, los bosques, las estrellas…. Son más inteligentes para vivir que nosotros los humanos en medio del caos de las ciudades.
La esclavitud moderna se llama “endeudamiento”; y la generan y controlan las instituciones financieras.

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