NUMERO 91
Todo final es un nuevo comienzo…, no hay interrupciones;
solo continuidad.
Escuchar el silencio es la mejor escucha; y
la que dota de sentido a todo.
No olvidemos que somos habitantes del
Universo, y no solo de la Tierra. Esta realidad nos abre al infinito y eternidad.
Las sendas de la paz concentran las más
altas expresiones de violencia; y demuestra que son estériles.
El verdadero conocimiento no es el
intelectual sino el de la experiencia. Constituye un descubrimiento.
Para descubrir hay, primero, que liberarse
de las creencias; estas amarras cumplen un servicio previa a la orilla del océano…,
pero para adentrarse, hay que romperlas y dejarlas.
La represión que ejercen los Estados es expresión
de su desnaturalización.
El vocablo “democracia” ya se usa para
cualquier cosa; a veces, hasta a su antítesis.
Lo que hay que cambiar es la “desesperanza”:
que paraliza y genera múltiples enfermedades.
Lo malo de la política es que ha caído en
manos de los peores e ineptos.
El afán de resguardarse, aparte de ser un
gran negocio; tiene una dirección equivocada: el encerramiento… cuando de lo
que se trata es de “salir” y construir los encuentros con los otros.
Las hormigas, las abejas, los bosques, las
estrellas…. Son más inteligentes para vivir que nosotros los humanos en medio del
caos de las ciudades.
La esclavitud moderna se llama “endeudamiento”;
y la generan y controlan las instituciones financieras.
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