sábado, 5 de enero de 2013


Numero 83
Los peores candados son los del miedo internalizado en la corporalidad y presente en todo momento para frenar la intuición y el espíritu…
La Energía-Luz es nos envuelve; es nuestro hogar… solo hay que sacarse los impermeables.
No todo está perdido; ¡el amor se abre paso de las formas más inesperadas y sorprendentes!
Ante miles de millones de años del ser en el Universo, unas cuantas décadas del ser humano representan una gota de agua en el océano…
Felices los que retoman cada día su camino hacia la oblación plena como receptores y canalizadores del Amor-que lo vivifica todo.
El optimismo son como las alas en las aves para atravesar cada día por sobre por sobre pantanos y desiertos sin caer exhaustos.
Todo a nuestro alrededor fluye en perfecta armonía y equilibrio… solo tenemos que hacernos partes de tan gran milagro!
Si bien no somos irreemplazables, sí somos únicos: por lo que tenemos que entregar hay que hacerlo sin temor y sin medida.
Para quejarse sobran los motivos todo el tiempo…, pero hacerlo es una pérdida de tiempo.
No basta ir por la vida como turistas observándolo todo; sino como constructores participando y generando participación.
No debiera ser necesario atropellar al otro para afirmarse a sí mismo sino que ésta sea por la fuerza de la verdad y del amor.
 Cuando la violencia se combate con violencia se eleva al cuadrado.
No hay paz en el exterior si no se cultiva en el interior.
La paz es un tesoro.  Si no se cuida y cultiva, se diluye.
Cuando la autoridad se convierte en autoritarismo: dice adiós a la paz.
Impedir u obstaculizar que el otro sea y se desarrolle es ir en contra de la paz.
La paz se cuida cuidando la vida; evitando el atropello; no pisoteando los derechos del otro.
La Paz es firme como una roca y frágil como una gota de agua.
La paz no existe si falta la verdad; y no subsiste si no hay perdón.
En la Naturaleza todo es nuevo porque todo se “renueva”…; el hermetismo y dogmatismo envejece.
Si lo que hacemos es expresión de lo que somos: es importante la espiritualidad para no parecer máquinas.

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