Las artimañas de un manipulador
El
accionar del manipulador/a tiene los alcances de su imaginación. Esto lo vuelve
impredecible en sus maneras de actuar. Pretender cambiarlo es prácticamente tiempo
perdido; lo que es posible es cambiar uno su actitud y modo de respuesta a sus
embates.
El
manipulador nunca va a buscar el beneficio del otro, sino solamente de sí mismo
Cree que ese derecho lo tiene siempre; y no tiene en cuenta
su falta de responsabilidad. Más bien cree que los otros están para darle y
darle sin devolver nada a cambio.
Para
conseguir este objetivo, no tiene dificultades en mentir, llorar, reír,
suplicar, exigir, forzar, etc. El problema es cuando se le cree, cuando se
piensa que es sincero. Pero esta palabra no la conoce…, miente pero cree que no
lo hace, porque puede más su objetivo que es siempre individualista y egoísta.
Al
manipulador hay que enfrentarlo con la firmeza en uno mismo, no dejarse enredar
ni influir emocionalmente (con sus lágrimas)
y mantenerse en su propia conciencia, valores y principios sin moverse ni un milímetro…,
porque eso lo aprovecha el manipulador que se puede agarrar a cualquier hebra
para intentar obtener lo que se propone.
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