pag. 418
El rio bordea los montes hacia su origen y final
El inmenso mar lo crea y lo espera
Al contemplarlo nos contemplamos
Los ríos que corren en nuestro interior
Siendo tú, Creador, el océano, el principio y el final
La fuente del espíritu que anima la danza de nuestros sueños
Como arriba danzan las nubes a la hora del crepúsculo.
No cesa de mover las copas de los arboles
Aparece, saluda y sigue su ruta cual amigo cercano y lejano
Es fuerte, constante, poderoso; y a la vez, prudente y
controlado
Tan real y tan invisible.
Como el viento nuestros pensamientos corren tras las utopías
Buscando asidero en el barro
Para edificar y plantar trascendencia en la roca
Espíritu en el mundo que germine en alegría y paz, concierto
y armonía.
La tierra no excluye a nadie
Alberga a todos solicita como una madre
Ser tierra es ser universo
Ser tierra es ser infinito y eterno
Ni un día debería de pasar sin amar y servir lo que somos
Una manera agradable de recibir todo lo que necesitamos.
Hoy no se escucha el canto de las aves
Hoy no hay arcoíris
Hoy pareciera que no hay estrellas…
Pero detrás de la apariencia esta la realidad
La abundancia se oculta en la escasez
El concierto en el silencio
La esperanza en la mirada vacía
El verbo en el silencio de un alma que pervive pese a la
soledad que no es tal
Porque la materia es Espíritu: el mismo que hace nuevas
todas las cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario