viernes, 17 de marzo de 2017

pag. 418

El rio bordea los montes hacia su origen y final

El inmenso mar lo crea y lo espera

Al contemplarlo nos contemplamos

Los ríos que corren en nuestro interior

Siendo tú, Creador, el océano, el principio y el final

La fuente del espíritu que anima la danza de nuestros sueños

Como arriba danzan las nubes a la hora del crepúsculo.



No cesa de mover las copas de los arboles

Aparece, saluda y sigue su ruta cual amigo cercano y lejano

Es fuerte, constante, poderoso; y a la vez, prudente y controlado

Tan real y tan invisible.

Como el viento nuestros pensamientos corren tras las utopías

Buscando asidero en el barro

Para edificar y plantar trascendencia en la roca

Espíritu en el mundo que germine en alegría y paz, concierto y armonía.



La tierra no excluye a nadie

Alberga a todos solicita como una madre

Ser tierra es ser universo

Ser tierra es ser infinito y eterno

Ni un día debería de pasar sin amar y servir lo que somos

Una manera agradable de recibir todo lo que  necesitamos.





Hoy no se escucha el canto de las aves

Hoy no hay arcoíris

Hoy pareciera que no hay estrellas…

Pero detrás de la apariencia esta la realidad

La abundancia se oculta en la escasez

El concierto en el silencio

La esperanza en la mirada vacía

El verbo en el silencio de un alma que pervive pese a la soledad que no es tal

Porque la materia es Espíritu: el mismo que hace nuevas todas las cosas.

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