martes, 28 de agosto de 2012


NUMERO 36
 Unidos  con los caminantes, con los migrantes, con los enfermos en los hospitales y en sus hogares, con los privados de libertad: unidos con todos los que sienten la necesidad que el sol nazca en sus horizontes para vuelva la primavera a sus vidas.
 Cada día de vida es como un nuevo nacimiento porque es tanto lo que podemos aprender, vivenciar, recibir y dar… y todo por única vez.
Las conexiones  del amor son tanto y más reales que las de los satélites, anteriores y posterior es a ellos en millones de años, con la única finalidad de vivificar y acompañar a todos los seres y a todos los mundos.
La desesperanza  en el rostro de muchos jóvenes es visible; y los causantes de sembrarla intencionalmente no se dan por enterados ni asumen su responsabilidad.
Las guerras por los recursos ya han comenzado…, no son por  ideologías ni por sistemas políticos…, ahora es el petróleo; luego,  será por agua; y después por el aire. Una sociedad de consumo es una destructora de recursos sin límites.
Los deseos, las intenciones, mueven los afectos; y el amor sana y mueve al Mundo y rige el Universo.
Estar en la tierra es estar en el cielo; estar en el presente es estar en la eternidad; estar en la vida debe ser estar en el Amor.
 En Siria y otros lugares corre la sangre humana derramada por otros inhumanos: nuestro siglo necesita más trabajadores  y portadores de Luz.

La grandeza de nuestros actos no se mide por su portentosidad externa sino por la cantidad de amor que pongamos en ellos. Un vaso de agua dado con amor es más benéfico y sanador que un millón de dólares dados para cultivar el ego.
El entorno se engalana de acuerdo a la belleza que haya en el interior de cada ser. Se trata de proponérselo: qué algo mas puedo sumar para que se mas bello, mas vital, más alegre el entorno que me rodea.

Como nuestra medida no es uno mismo sino el Mundo…, entonces , siempre recién comenzando nuestra labor de Luz.

La solidaridad es la consigna del Amor. Solidarios con los que necesitan… siempre son la mayoría y las grandes mayorías, por lo que no tenemos que tomar la vida como eternas vacaciones. El Mundo nos necesita sanos, fuertes, y solidarios. En esta consigna puede ser que vayamos en contra de la corriente…, pero lo importante es el objetivo: la vida plena para todos. De poco sirve contar con salud individual si el mundo sigue enfermo.
Hay quienes quitan su mirada de las necesidades de los demás… olvidando que su satisfacción es la única vía de satisfacción de las propias.
Nuestra verdadera necesidad es la misma de los árboles: conectarnos con la Tierra.
Menos mal que los grupos hegemónicos no pueden terminar con la vida;  ésta nace si es preciso  debajo de las piedras… por eso las generaciones venideras encontraran Tierra para vivir, amar y soñar.
La Luz aprecia la coherencia y desnuda la incoherencia: una moda de nuestros días.

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