sábado, 25 de agosto de 2012


Numero 35
La novedad como la alegría viene envuelta en cada amanecer… solamente hay que abrirla como se abre un regalo.
La pandemia de la obesidad obedece a una búsqueda de sentido equivocada.
El amor no quiebra la hoja seca… porque tiene la capacidad de ponerse en el lugar del otro.
Cada uno es el escultor de su vida que tiene que hacer de sí mismo la mejor obra de arte.
Somos puentes, somos continuadores… ¿Cómo entender que no somos islas ni seres islas sino que somos parte de un archipiélago de seres contemporáneos; y del pasado y del futuro sin distinción. Nuestro yo es plural.
La mayor carencia en muchos hogares modernos  es la de carácter espiritual y psicológica.
El invento de las fronteras es una ha sido un invento del alcance las armas; y para colmo, a nombre de la libertad.
Poner límites al espíritu es como cortar sus raíces al árbol.
Lo que siempre ha sacado a la Humanidad de sus peores traspiés (como el actual) ha sido la Intuición.
Todo instante es una ventana al Misterio… que no es una incógnita sino una revelación amorosa y liberadora.
 Decir “amén” cada día: es decirle ¡“bienvenido”! Aceptarlo como la oportunidad para recibir y hacer el bien.

La lectura de los signos de los tiempos es clave para levantarnos de las cenizas del antiguo sistema que se desmorona por todos lados en el campo de la Naturaleza, como en lo social, económico y cultural.

Nacen la noche y el día simultáneamente… la vida y la muerte, también; la riqueza y la pobreza… No hay nada por separado el todo.

Tenemos muchas razones para amar, pero bastaría una sola: procurar el bien del otro.
A esta hora las aves callan…, cantaron durante todo el día: siempre juntas, siempre alegres, siempre sencillas… a veces, en medio de una raza humana triste, preocupada, temerosa.

Nuestros dedos siempre pueden rozar la belleza, el amor, la esperanza y la justicia… porque son portadores de nuestra alma.

Aceptar las críticas con benevolencia es decirle al otro que es importante; no necesariamente que tenga razón.

Nuestro mundo simbólico es nuestro único mundo… y no nos da derecho que los demás seres vivos que nos rodean no tengan su propio mundo.

Increíble: cuando más medios de comunicación hay; se perdió la capacidad del dialogo: porque el dialogo es humano, no inhumano.

Cultivar la humanidad en todo lo que hacemos: bastaría para haber hecho de nuestra vida un logro.

La cera se ha derrito del rostro de los que mienten; y ahora ya no hace falta llamarlos mentirosos.

El dar es el único atributo que nos convierte en divinos.

Nos hemos preocupado demasiado por ¿Qué piensa el otro?, cuando lo más importante es qué siente.

“Un puerco nunca retrocede”; un sabio sabe que es mejor ir hacia atrás, que hacia adelante.

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