sábado, 30 de junio de 2012


Número 22
La carencia más importante no es de dinero, es del amor.
La corona (el salario, el éxito) es simplemente hacer lo que es su misión.
Los caminos no conocen fin; lo fundamental es hacer su parte.
Al mirar una hoja no miramos el árbol; al ver un árbol, no vemos el bosque: ¡Cuánto nos falta por ver!
El amor es como el alma: no se ve, pero se siente.
La densidad de cada instante pasa desapercibida si no acallamos el ruido de los sentidos.
La soledad no existe; existen las personas que se “sienten” solas.
La noche es parte del día; como la adversidad de la buenaventura.
Hoy día del cielo no solo desciende la lluvia sino también las bombas… urge nuestra aplicación al trabajo por la vida.
Prácticamente no entramos a la meditación, sino que ella nos envuelve con su realidad más extensa e intensa.
Cada momento: una explosión de realizaciones de luz.
El cielo interior es tan bello como el cielo del Universo.
 Lo que tenemos que aprender no esta escrito; está en la conciencia.
 Una vez que sabemos lo que queremos…. Debemos tener paciencia para hacer el camino hacia allá.
 Comenzar un camino y no terminarlo, es una tragedia mayor que no haberlo conocido.
La realidad no es lo que vemos, sino lo que intuimos.
Cada día es diferente; pero todos tienen su particular encanto.
Es propio de la El baño de luz a nuestros ojos nos permite no solo ver sino llorar la miseria.
El sentido de la vida no aislarse, sino entregarse.

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