miércoles, 27 de junio de 2012


Numero 21
Las actitudes son el crisol para los pensamientos y las emociones.
Mirar desde el amor es mirar desde y para la vida: lo que necesita el mundo, el otro, nosotros mismos.

La firma a la palabra la pone el testimonio.
La mirada desde el amor ve sobre todo lo que puede germinar.
A  veces, un paso que demos, equivale a la distancia de la tierra al cielo, por sus consecuencias.
La intuición va abriendo el camino; la conciencia pone la fuerza. Y todo lo que concurre al camino, son oportunidades para practicar la sabiduría.
Los contratiempos no quitan la vida, como las piedras no detienen al río.
Sin intuición no hay sueños… ella anima, sostiene y guía hacia la verdad apartando los miedos.
La alegría es como el rio, corre, va pasando, y dejando vida a su paso.
El temor es un rumor; amenaza pero no ataca. Teme al optimismo.
Una vez que entramos al mar, el agua nos sostiene… lo mismo hace la Energía.
Lo incierto existe para que lo volvamos cierto.
Hay algo que en la medida que se entrega, aumenta: es el amor.
Juntos somos más nosotros mismos.
Para caminar un poco de luz basta; luego vendrá el amanecer.
La bondad es como las nubes: solo habitan en el cielo.
Las maravillas siempre están, lo que faltan, a veces, son los ojos para verlas.
El campo de energía hace maravillas: cuando nos encuentra bien dispuestos.
Avanzar y mirar hacia atrás, es como desandar el camino.
Lo que engrandece al ser es el espíritu que lleve adentro.
No basta la sensación de caminar… hay que ver si no se está en un laberinto. 

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