Numero 21
Las actitudes son el crisol para los pensamientos
y las emociones.
Mirar desde el amor es mirar desde y para
la vida: lo que necesita el mundo, el otro, nosotros mismos.
La firma a
la palabra la pone el testimonio.
La mirada
desde el amor ve sobre todo lo que puede germinar.
A
veces, un paso que demos, equivale a la distancia de la tierra al cielo,
por sus consecuencias.
La intuición va abriendo el camino; la
conciencia pone la fuerza. Y todo lo que concurre al camino, son oportunidades
para practicar la sabiduría.
Los contratiempos no quitan la vida, como
las piedras no detienen al río.
Sin intuición no hay sueños… ella anima,
sostiene y guía hacia la verdad apartando los miedos.
La alegría es como el rio, corre, va
pasando, y dejando vida a su paso.
El temor es un rumor; amenaza pero no
ataca. Teme al optimismo.
Una vez que entramos al mar, el agua nos
sostiene… lo mismo hace la Energía.
Lo incierto existe para que lo volvamos
cierto.
Hay algo que en la medida que se entrega,
aumenta: es el amor.
Juntos somos más nosotros mismos.
Para caminar un poco de luz basta; luego
vendrá el amanecer.
La bondad es como las nubes: solo habitan
en el cielo.
Las
maravillas siempre están, lo que faltan, a veces, son los ojos para verlas.
El campo de energía hace maravillas: cuando
nos encuentra bien dispuestos.
Avanzar y mirar hacia atrás, es como desandar
el camino.
Lo que engrandece al ser es el espíritu que
lleve adentro.
No basta la sensación de caminar… hay que
ver si no se está en un laberinto.
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