La vida, también la nuestra, lo que menos tiene es rutina, y cada instante esta llena de novedad.
Una novedad sorprendente, maravillosa, actuante, eficaz. Estando despiertos o dormidos, la novedad circundante no cesa: en ella habitamos y nos movemos. Por lo tanto, lo que debemos desarrollar es nuestra sensibilidad para captar lo que está sucediendo en nosotros y a nuestro alrededor. Vivir nos requiere una buena dosis de quietud, de sosiego, de tranquilidad, para contemplar y atesorar Energía.
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