domingo, 29 de enero de 2012


Lo que nos rodea es el rostro de Dios, es su piel… Dios no está lejos ni solo en determinados lugares, sino que está cerca y en todas partes. No se trata de ver para creer, sino de creer para ver. Es una cuestión de sensibilidad perceptiva, que permite prácticamente tocar a Dios, y sentirte envuelto por El. No basta pensarlo ni solamente hablarle… Por otra parte El es una novedad permanente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario