domingo, 22 de enero de 2012


No pensemos que lo que sabemos es lo máximo y la totalidad de lo que podemos saber. Esto es aplicable en todos los campos. Y en este de la ORACION también. Por ejemplo, podemos considerar y practicar una forma de oración que no sea puramente conceptual y de repetición de palabras, y utilizar otro canal de oración centrado en la sensibilidad para percibir. Que es un canal más de silencio y de experiencia.
Lo importante es que observemos y evaluemos los resultados. Porque la oración no tiene que ser estéril. Y sus resultados deben ser prácticos. O sea, la oración no es para que la escuche Dios o para tranquilizar la conciencia diciendo: “ya oré”.  Sino que ella tiene que reflejarse en la práctica del amor, de forma solidaria.

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