domingo, 18 de diciembre de 2011


A veces cuesta tanto la paz en la convivencia familiar porque entran variables inesperadas en la mente de alguno de sus miembros que reacciona con enojo, cólera y rabia de repente. ¿Qué hacer?
En primer término, puede servir, reaccionar con paz, con paciencia; y luego, orar, reconociendo que pareciera que hubiera fuerzas extrañas que pretende quebrar el equilibrio del hogar, de la convivencia.
Y esperar, que esos momentos de oscuridad no serán eternos, sino temporales, y volverá la luz, trayendo la paz. Hay que soportar dichos desequilibrios emocionales que brotan sin previo aviso.

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