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La perdida de confianza es un fenomeno generalizado

Con la fuerza de una avalancha que puede abarcar también la confianza en uno mismo. ¿Se puede desconfiar totalmente del otro y confiar solamente en si mismo? Al parecer, esta ha sido la apuesta de vastos sectores de la sociedad. Pero en poco tiempo se puede constatar la fragilidad de dicha opción. El individuo se debilita cuando no cree en nadie. Se aisla. Se atrofia. Y socialmente se crea también una peligrosa debilidad en el tejido social que se desmorona. La expresión “ya nadie cree en nadie” no es para repetirla sino para revertirla, comenzando por uno mismo, esto es, recobrando la confianza en si mismo y construyendo puentes de confianza con los otros. Teniendo en cuenta que los grandes desafíos universales nos requieren unidos y no aislados.