miércoles, 17 de enero de 2018

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Presentación. En el espíritu de la práctica y herencia espiritual de Fr. Cosme Spessotto y pensando en un alcance nacional a partir de su figura podemos y debemos construir caminos nuevos de vida y convivencia; considerando no solo nuestra especie humana sino la de todos los seres vivos del Planeta.

No. 1. “Nuevos desafíos para todos”
1.    Con beneplácito te compartimos esta iniciativa que nace como lo hace un rio, de forma humilde pero con sueños de vida comunitaria, abriendo espacios para que cada uno ponga lo mejor de sí mismo para crear sendas de encuentro, renovación e inspiración humana, social, cultural, espiritual.
2.    “La mayor riqueza de un País es su gente” y en este tiempo es la Tierra misma que está clamando por un nuevo trato de gente más consciente de la necesidad de cuidar nuestro hogar común.
3.    Nuestro País, a través de su historia, cuenta con grandes valores que hicieron vida antepasados nuestros; valores que hoy día siguen siendo una buena nueva como la lluvia para un lugar desértico que anhela florecer y dar frutos.
4.    En esta dirección, cada uno es importante: sea para dar, sea para recibir. En el intercambio generoso se va construyendo un mundo mejor.
5.    Siempre será bueno que reflexionemos, compartamos y construyamos juntos.

No. 2. La importancia de la asociatividad
1.    No basta afirmar que somos seres sociables por naturaleza sino que hay que practicarlo. Hoy día se puede decir que esta naturaleza del ser humano por diferentes motivos se ve disminuida y hasta ausente.
2.    Por lo mismo, toda iniciativa, por pequeña que sea, es bienvenida para construir asociatividad.
3.    Entendiendo por ello, la capacidad de escuchar y retroalimentar. Es decir, desarrollar la capacidad de establecer conversaciones positivas y enriquecedoras para todos los participantes. La retroalimentación no es muy común porque tampoco es común la capacidad de escuchar. No consiste en dar consejos ni en hablar de uno mismo sino en contribuir a que el otro se aclare y conozca más a sí mismo.
4.    Entonces, una buena asociatividad comienza con una sana comunicación. Aquella donde el otro es importante. Esto conlleva un aprendizaje mutuo para salir del “yoismo” y de la costumbre de dar consejos. Considerando que lo que el otro necesita y le sirve es ser escuchado y acompañado en su propio proceso de crecimiento personal.

5.    Luego, de la raíz de la asociatividad pueden surgir iniciativas comunitarias para bien de la sociedad y de nuestro planeta Tierra. Nuevas formas de convivencia y de trabajo de manera de no afectar negativamente a los otros ni al planeta. Obteniendo como consecuencia una mejor calidad de vida y mejores alimentos productos de una Tierra más cuidada, más limpia y mejor cultivada.

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