El crepúsculo nos invita a
descansar
Entrar en la aurora del alma
Y contemplar el paisaje del mundo
interior
Que cual mar en marea baja esparce
su brisa de armonía y paz.
Perder el sentido de veneración
Es perder la brújula para vivir
No solo nos incomunica y aísla
sino que nos vuelve extraños y adversarios
De quienes dependemos para vivir.
La lluvia empapa pero no golpea,
El aire envuelve pero no asfixia
Entonces es posible ser y convivir
En realidad, se existe para
complementarse.
Todo y nada es efímero
Depende del ángulo desde que se
vea
Evidencia que habitamos en un
mundo de interpretaciones
Cuya función es vestir y desvestir
la realidad.
La armonía nos atrae como el agua
Como las flores a las abejas y los
arboles a las aves
Son vínculos que nos muestran lo
que somos
Las partes de un todo y el todo en
las partes.
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