lunes, 30 de diciembre de 2013

171 / jlfg
El peor derroche es el del tiempo.
Un sistema que para subsistir tiene que dominar: es efímero y asfixiante.
 Lo esencial esta en lo ordinario; por eso, generalmente, es atropellado.
Las conquistas individuales terminan con el individuo.
La vida hay que descubrirla para vivirla.
Los sueños son maravillosos cuando dejan de serlos… como las nubes cuando se convierten en lluvia.
¿De qué sirve vivir sino es para captar la vida de todo lo que nos rodea?
Cualquiera diría que la paciencia es de lo más débil que hay…, pero ¡mueve montanas!
Dichosos los que no viven de deseos; sino que hacen realidad los deseos de los demás.
La vida no es para buscar caminos; es para hacer de ella un camino.
La perfección no consiste en pretender ser otro; sino en ser uno mismo.
En nuestra reconciliación con la tierra esta nuestro futuro.
El mar es inmenso; pero siempre sensible a cada gota de la lluvia.
Hablar demasiado del adversario más nos debilita; porque posponemos nuestro protagonismo.
El mentiroso no cree en nadie, porque cree que piensa que todos son como él.
La adversidad existe para que reluzca nuestra capacidad.
¡Qué absurdo! Sabemos que los recursos naturales son limitados: y hemos perdido la capacidad de evitar el derroche.
Es paradójico que no solo son planificados los éxitos sino también las crisis.     
Sin objetivo la vida no tiene sentido.
El adversario es el distractor numero uno en los de débil espíritu.
Que el objetivo no sea “comprar” sino crear, hacer, producir…
Esperar la comprensión de los demás: es como esperar que llegue el fin del mundo…
El bien en si mismo: merece toda nuestra atención y servicio; sin necesidad de mediadores.

Todo fin es principio. Todo es presente; y nada queda atrás. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario