Comparto mis reflexiones, n. 8
Desvelar nuestra mente, es comenzar a percibir sin prejuicios el lenguaje de todos los seres vivos que nos rodean.
Empezar cada día, es continuar. Nuestro proceso es un continuum de inicios.
La paz es un equilibrio: conservar el equilibrio es el arte del sabio.
El silencio es la cuna donde se construyen los sueños; y la cotidianidad donde se realizan.
El mayor aprendizaje de cada día: es aprender a dar.
La plenitud humana como objetivo, es la fuente de salud más importante, porque nos abre a la Trascendencia que es nuestro hábitat por excelencia. Un error generalizado es acudir a ella solo para los
Momentos dramáticos; pero lo genuino y sabio es comulgar con la Trascendencia en la cotidianidad de todos los días.
Nos ensenaron a pensar con lógica…, pero tenemos que aprender a pensar con bondad. Y además superar la mitológica contradicción.
El silencio es para abrirse y aceptar la comunicación que quieren establecer con nosotros la multiplicidad de seres de todo lo que nos rodea, con quienes tenemos en común: la energía.
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