A.
Es sorprendente como transcurre de veloz el tiempo en nuestros días. Las dos semanas que han pasado ¡las he sentido como un día! Entonces, algo tenemos que hacer. No nos podemos quedar de brazos cruzados. Por supuesto, que desesperarnos o afligirnos, NO. Al contrario, permanecer siendo optimistas y creativos, y desarrollar la capacidad de adaptarnos a los cambios.
Esta aceleración ha traído una nueva frecuencia, cuyas vibraciones son beneficiosas para nuestro cambio de mentalidad (paradigma), para nuestro equilibrio emocional y nuestra salud corporal integral (mente-emociones-corporalidad).
Un vez que nos damos cuenta que todos estamos unidos, que formamos una sola unidad; entonces, nos convencemos que procurando nuestro bienestar, abundancia y salud estamos procurando la de los demás.
¡Es hora de despertar! Porque las evidencias de la CONCIENCIA nos apremian. No podemos seguir haciéndonos los desentendidos de la avalancha de cambios que ya se han dado a nuestro alrededor, y que están en relación directa con nuestro INTERIOR aunque no nos demos por enterados. Muchas áreas están en caos. Pero no tenemos tiempo para caer en el pesimismo, sino para emprender el camino de las nuevas sendas que conducen a nuestra identidad.
De manera que podemos hacer una práctica positiva de este fenómeno que nos envuelve e influye de la expansión y aceleración en el Universo.
Se trata percibir lo extraordinario en lo ordinario. Lo maravilloso en lo común. Esto es posible. Es real. Y así nos alejamos de vivir esperando, anhelando, fenómenos extraordinarios… que en realidad no existen. Y no es necesario que existan porque ya están ocurriendo ininterrumpidamente en lo que denominamos lo “ordinario”, lo cotidiano.
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