414, jlfg, 160617
El Espíritu anima sin cesar
No hay excusa de saber que hacer
Tampoco de autoculparse
El mayor desafío: es la unión para emprender caminos nuevos.
Ser más significa tener más participación con los otros
De lo que se trata es de reconstruir el tejido social
Destruido intencionalmente
Y lo más perjudicial para cada uno.
La luna aguarda la noche para brillar
No compite con el sol, sabe esperar
Y hacer de la oscuridad un tiempo de paz y reposo
Claridad para que se despliegue el alma con todo su
esplendor.
Del monologo al solipsismo
Pareciera es la tendencia de nuestro tiempo
Que de forma inexplicable los seres sociales se deforman
En construcciones ilógicas y carentes de sentido.
La ilusión de vivir se acrecienta con la precariedad
El mundo contempla el drama de migrantes
Seres que no tienen ni encuentran donde vivir
Por el caos que originan otros de esta especie.
El tiempo de los otros es sagrado
El silencio contribuye a su buen uso
Y la comunicación se vuelve más fecunda
Desde el quehacer y ser del otro como otro.
Mirar cerca es la mejor manera de mirar lejos
Desconocer el acontecer presente
Es una falsa estrategia
Que nos ciega a ver el futuro.
Recobrar la capacidad de compartir
Podría ser la virtud más importante de hoy
Un tiempo petrificado detrás de rejas de púas
Para no saber de nadie ni de quien soy.
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