lunes, 22 de agosto de 2016


joseleandro, No. 378

Lo más importante para nuestra especie es que recapacite y se dé cuenta que perdió el camino de la vida inducida por los extravíos de las mentes de los poderosos que se han adueñado de este mundo.



Las nuevas generaciones saben por intuición que sus generaciones anteriores no tienen nada que ensenarles sino que tienen la oportunidad de aprender los nuevos cimientos para salvaguardar el futuro del Planeta.



Nos han ocupado en estudiar lo externo a nosotros mismos, diciéndonos que eso es lo más importante; pero ha sido un grave error porque hemos llegado a desconocernos como nunca a nosotros mismos.



Cuando descubramos que la revelación no es algo del pasado sino que está en la novedad de cada día y de cada instante, entonces estaremos comenzando a vivir y dejar vivir todo lo que nos rodea.



Efectivamente hay mucho cansancio de ser uno mismo, asfixiados por una rutina que anula el sentido para vivir…, pero el verdadero camino comienza con un poquito de silencio para atisbar la paz que nos conducirá a la otra orilla.



El mutismo de grandes multitudes es escalofriante. Nada más inhumano que la falta de comunicación. Por más que levanten montañas de ruido y diversión, la humanidad del otros espera nuestra propia humanidad inmaculada e integra.



Una sociedad huérfana de modelos es una sociedad a la deriva. Por eso, los maestros hoy día, más que para ensenar están para ”mostrar” como se ha de vivir con la única abundancia de lo necesario.



 Las redes más importantes de hoy día son las que contienen y transmiten esperanza en medio de un mundo resignado a su alienación que le despoja hasta de la más mínima voluntad para ir al encuentro del otro sin juicios ni prejuicios, y solo con la alegría del encuentro.



La gente más valiosa en nuestro tiempo es la es portadora de propuestas y carga con los desafíos; aquella que en vez de ver la parte vacía del vaso, ve su parte llena.

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