martes, 28 de enero de 2014

No podremos saber a dónde vamos sino sabemos dónde estamos.
Si bien la usura se ha apoderado de este mundo…, liberarse de ser consumistas es el primer paso de liberación.
EL AMOR Y EL TEMOR A CRECER…
1.       Efectivamente, todos sentimos el deseo de crecer en todo tiempo,  y si fuera posible, sin límites. Pero tal expectativa por sí misma no es suficiente. De hecho, el panorama histórico está lleno de casos de recorridos hasta perversos. Por lo tanto, es fundamental preguntarnos con qué brújula contamos para tal emprendimiento. Y al final, es nuestra propia conciencia que discierne y decide una opción.
2.       Ante tal apremio, aparece también el temor, constituyéndose en una especie de freno que tratara de impedir toda iniciativa al respecto. Además de la duda, que ya es bastante para lograr al menos dejar las cosas –en este caso, la vida- en el status quo, siembra, además, directamente el miedo a todo posibilidad de desarrollo de sí mismo. Utilizando para ello la mayor gama de creencias que fomentan el dejar las cosas –la vida- como está.
3.       En esta disyuntiva, me ha tocado ver, y así lo más probable es que a cada uno, las más insólitas respuestas y actitudes de las personas mismas; y sobre todo, de quienes les rodean. Produciéndose lamentables quiebres de proyectos personales y de vida en común. Pero es evidente que dichas reacciones son generadas por la incompetencia, el dogmatismo y la falta de capacidad para manejar el cambio, el crecimiento… y su natural “crisis” se convierte en ruptura.
4.       Por eso, el crecimiento, el desarrollo, la evolución personal y social sigue siendo el hermoso desafío que convoca a cuantos se dan un espacio y un tiempo para considerar lo esencial de la existencia; aquello que nos dé una respuesta o una vía de camino para discernir porqué estamos aquí  y hacia donde tenemos que dirigir nuestros pasos para transformar nuestro tiempo en el mayor tesoro y la misión en la mayor acertada elección.
(José leandro flores g.)

miércoles, 8 de enero de 2014

JLFG-175
La felicidad no se da ni se compra: es una consecuencia de aceptarse.
Ser único no significa ser el mejor; simplemente que uno es igual a ti: tu doble.
La vida es aburrida cuando carece de misión.
El amor es sublime porque diviniza al otro.
La crisis de valores es una denuncia de que estos no existían.
La incapacidad de hablar con argumentos y de seguir argumentos… es de lo más grave que esta ocurriendo.
El silencio no es la ausencia de palabras…, sino la presencia solo de las necesarias.
De la abundancia de silencio nace la paz.
Ya no se sabe que es peor: si ser pobre o ser endeudado.
La definición de lo importante no pertenece definirla a los demás; es una responsabilidad personal.
La revelación no procede del exterior sino de tu interior: cual fuente inagotable.
Vivir aquí como si fuésemos a ser inmortales: es no haber entendido nada.
Quienes pretenden imponer la paz utilizando la fuerza: es porque no les interesa que haya paz.
El mal ejemplo de los demás: es la mejor escuela para saber cómo hemos de ser.
“Bástele a cada día su propio afán”: es un pensamiento que no logran entender los ociosos.
Cuando el ocioso se pregunta: “¿Y qué hay que hacer?”. El mismo se tapa los oídos y los ojos para no escuchar ni ver la respuesta.
Para el prudente, un segundo es como un siglo: porque sabe lo valioso que es el tiempo.

Apropiarse de las cosas es un despropósito: porque nadie nos ha dado potestad para tal monstruosidad; todo es un artificio.
174*/ jose leandro flores Gomez
La perseverancia es más importante que los impulses, porque la historia no se construye con actos sino Ningún con acciones.
Ningún rol agota el ser y la persona… es un error identificarse con él. Todos ellos son meros medios para canalizar el potencial y la riqueza de cada uno que los trasciende a todos.
Toda ideología termina convirtiéndose en una prisión; y lo peor, genera fanáticos.                     
Perder el sentido crítico… es como perder la brújula, y naufragar en la masa que no piensa.
Nuestro error más grave es haber permitido que nos volvieran “extraterrestres”, y peor aún, en seres anti-tierra.
Nuestra mayor debilidad: el individualismo; y nuestra mayor fortaleza, la comunitariedad.
No es el poder el que corrompe; son los individuos carentes de valores quienes corrompen el poder.
Los verdaderos padres de las revoluciones son quienes imponen la paz con las armas sobre la base de las injusticias sociales.
Los verdaderos padres de las revoluciones son quienes imponen la paz con las armas sobre la base de las injusticias sociales.
 El problema de la avalancha mediática es que no fomenta la inteligencia sino la desidia.
Lograr que la escuela no sea un instrumento para desarrollar la creatividad sigue siendo una demanda de los estudiantes…, y una obstrucción de muchos educadores.
La impaciencia se ha convertido en una “moda”;  y a veces, absurda, porque se procede así… y sin saber por qué.
No meterse en la vida de los otros: es el primer paso para aprender a no perder el tiempo.
La renovación interior diaria… es necesaria, para evitar la acumulación de tanto desecho inservible para ascender y descender sin límites.
La demanda que apremia: es aprender a hacer las cosas…, ¡y basta de comprarlo todo!
La confianza no se obtiene con palabras sino con la constancia de las acciones.

Pisamos la tierra,  y no nos consideramos tierra; respiramos aire, y no nos sentimos aire; tomamos agua, y no nos sentimos agua…, o sea, insistimos en negarnos lo que somos.

viernes, 3 de enero de 2014

173 / jose leandro flores gomez
La gran fuente de salud es el equilibrio emocional.
El sentido de la vida solamente se lo puede dar uno mismo. Por lo demás, toda dependencia es nociva.
El tiempo…, pareciera que es motiva de nuestras mayores alegrías…, y también de nuestras mayores tristezas.
Cada nuevo tiempo es una oportunidad para corregir los errores anteriores.
Un sistema que todo su peso lo deja caer en los más débiles es un mal sistema…, no importa el nombre con que se haga llamar.
Familiarizarnos con la realidad: es el mejor acierto.
El poder de servir…, es el mayor poder.
Débiles somos todos; pero lo son más quienes contribuyen a que haya débiles.
La muerte es como el tiempo…, solo existe en el pensamiento.
La vida es el campo de oportunidades para convivir con las adversidades.
Las canciones expresan nuestros deseos…, pero no hay que expresarlos no solo en las canciones sino también y sobre todo en la vida cotidiana.
El tiempo deberíamos verlo sobre todo como la posibilidad para despojarnos de defectos.
El solipsismo está asfixiando a multitudes.
L a inexpresión de emociones sigue siendo el tendón de Aquiles del género masculino.

Un año más para seguir siendo el mismo… es absurdo.

miércoles, 1 de enero de 2014

172/jose leandro flores g.
El clamor de la justicia brota desde la injusticia: desde los que no tienen voz ni lugar en la mesa del sistema.
Navidad!: una visión diferente y nueva del Mundo y de la Vida.  La materia como presencia y expresión de lo divino.
La Navidad no se crea; se recibe.
 Los sueños se acrecientan en Navidad!... que las acciones, también.
La vida interior es un dialogo permanente…, no conoce la soledad.
La Navidad no es una creencia; es una práctica.
La Humanidad siempre ha avanzado por intuición, no por certezas.
Navidad: un deseo, una intuición…, feliz navidad a cada uno/a!  Gracias por compartir todo el año haciendo navidad.
Año nuevo…  una buena excusa para iniciar caminos dejados de lado por miedo.
Un baño de novedad no viene mal; porque la verdad es siempre nueva.
Los millones de millones de buenos deseos no pueden quedar en la nada… cada uno puede ser canal para que fluya n durante todo el año nuevo.
Desconectarnos de la tierra constituye nuestra mayor alienación.
Por lo general se reviste de maldad a los otros con la propia.
Por lo general se niega que la verdad la tengan otros para consagrar su propia falsedad.
El tiempo no cambia la vida; solamente ella puede cambiarlo.
Lo que hay que entender no es matemáticas: sino para que sirven las matemáticas.
Entregar el cuerpo al consumismo…, es como arrojarlo al basurero.
La avaricia es la causante de la peor ceguera.
El mentiroso se llena de éxitos con la boca. Y el primero que no se cree es él mismo.
Al orden lo precede el caos; evitar aquél es alejarse de éste.

A Dios no se le habla ni se le piensa: se le siente y se le escucha.