JLFG-175
La felicidad no se da ni se compra: es una
consecuencia de aceptarse.
Ser único no significa ser el mejor;
simplemente que uno es igual a ti: tu doble.
La vida es aburrida cuando carece de misión.
El amor es sublime porque diviniza al otro.
La crisis de valores es una denuncia de que
estos no existían.
La incapacidad de hablar con argumentos y de
seguir argumentos… es de lo más grave que esta ocurriendo.
El silencio no es la ausencia de palabras…,
sino la presencia solo de las necesarias.
De la abundancia de silencio nace la paz.
Ya no se sabe que es peor: si ser pobre o ser
endeudado.
La definición de lo importante no pertenece
definirla a los demás; es una responsabilidad personal.
La revelación no procede del exterior sino de
tu interior: cual fuente inagotable.
Vivir aquí como si fuésemos a ser inmortales:
es no haber entendido nada.
Quienes pretenden imponer la paz utilizando la
fuerza: es porque no les interesa que haya paz.
El mal ejemplo de los demás: es la mejor
escuela para saber cómo hemos de ser.
“Bástele a cada día su propio afán”: es un
pensamiento que no logran entender los ociosos.
Cuando el ocioso se pregunta: “¿Y qué hay que
hacer?”. El mismo se tapa los oídos y los ojos para no escuchar ni ver la
respuesta.
Para el prudente, un segundo es como un siglo:
porque sabe lo valioso que es el tiempo.
Apropiarse de las cosas es un despropósito:
porque nadie nos ha dado potestad para tal monstruosidad; todo es un artificio.
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