miércoles, 8 de enero de 2014

JLFG-175
La felicidad no se da ni se compra: es una consecuencia de aceptarse.
Ser único no significa ser el mejor; simplemente que uno es igual a ti: tu doble.
La vida es aburrida cuando carece de misión.
El amor es sublime porque diviniza al otro.
La crisis de valores es una denuncia de que estos no existían.
La incapacidad de hablar con argumentos y de seguir argumentos… es de lo más grave que esta ocurriendo.
El silencio no es la ausencia de palabras…, sino la presencia solo de las necesarias.
De la abundancia de silencio nace la paz.
Ya no se sabe que es peor: si ser pobre o ser endeudado.
La definición de lo importante no pertenece definirla a los demás; es una responsabilidad personal.
La revelación no procede del exterior sino de tu interior: cual fuente inagotable.
Vivir aquí como si fuésemos a ser inmortales: es no haber entendido nada.
Quienes pretenden imponer la paz utilizando la fuerza: es porque no les interesa que haya paz.
El mal ejemplo de los demás: es la mejor escuela para saber cómo hemos de ser.
“Bástele a cada día su propio afán”: es un pensamiento que no logran entender los ociosos.
Cuando el ocioso se pregunta: “¿Y qué hay que hacer?”. El mismo se tapa los oídos y los ojos para no escuchar ni ver la respuesta.
Para el prudente, un segundo es como un siglo: porque sabe lo valioso que es el tiempo.

Apropiarse de las cosas es un despropósito: porque nadie nos ha dado potestad para tal monstruosidad; todo es un artificio.

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