174*/ jose
leandro flores Gomez
La
perseverancia es más importante que los impulses, porque la historia no se
construye con actos sino Ningún con acciones.
Ningún rol
agota el ser y la persona… es un error identificarse con él. Todos ellos son
meros medios para canalizar el potencial y la riqueza de cada uno que los
trasciende a todos.
Toda ideología termina convirtiéndose en una prisión; y lo peor, genera
fanáticos.
Perder el
sentido crítico… es como perder la brújula, y naufragar en la masa que no
piensa.
Nuestro
error más grave es haber permitido que nos volvieran “extraterrestres”, y peor
aún, en seres anti-tierra.
Nuestra
mayor debilidad: el individualismo; y nuestra mayor fortaleza, la
comunitariedad.
No es el
poder el que corrompe; son los individuos carentes de valores quienes corrompen
el poder.
Los
verdaderos padres de las revoluciones son quienes imponen la paz con las armas
sobre la base de las injusticias sociales.
Los
verdaderos padres de las revoluciones son quienes imponen la paz con las armas
sobre la base de las injusticias sociales.
El problema de la avalancha mediática es que
no fomenta la inteligencia sino la desidia.
Lograr que
la escuela no sea un instrumento para desarrollar la creatividad sigue siendo
una demanda de los estudiantes…, y una obstrucción de muchos educadores.
La
impaciencia se ha convertido en una “moda”;
y a veces, absurda, porque se procede así… y sin saber por qué.
No meterse
en la vida de los otros: es el primer paso para aprender a no perder el tiempo.
La
renovación interior diaria… es necesaria, para evitar la acumulación de tanto
desecho inservible para ascender y descender sin límites.
La demanda
que apremia: es aprender a hacer las cosas…, ¡y basta de comprarlo todo!
La
confianza no se obtiene con palabras sino con la constancia de las acciones.
Pisamos la
tierra, y no nos consideramos tierra;
respiramos aire, y no nos sentimos aire; tomamos agua, y no nos sentimos agua…,
o sea, insistimos en negarnos lo que somos.
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