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Vivir de ilusiones es lo más
fácil; adentrarse en la realidad, lo más difícil.
La destrucción del otro
comienza cuando ha finalizado la de sí mismo.
Educarse es la tarea más
importante y difícil porque más que aprender consiste en desaprender.
Trasladar todos los
pensamientos al corazón es un ejercicio enriquecedor: porque la mente hace
“mapas”, el amor transforma.
Las soluciones jerárquicas
siempre son efímeras porque no contienen ni respetan el consenso.
No basta “esperar” nuevos tiempos: hay que
construirlos.
Hay que mirar siempre hacia
adelante; pero sin descuidar donde estamos parados.
Gracias a la Energía estamos
todos interconectados; pero no para nada, sino para sanarnos mutuamente.
El que esclaviza termina
siendo el mayor esclavo.
Los valores no cambian; pero
no están escritos en ninguna parte sino inscritos en la conciencia.
La comprensión es la reina de
las virtudes.
El mayor problema no es estar
equivocado sino no darse cuenta.
Los que se resignan a ser
meros espectadores: han renunciado a su naturaleza.
El imprudente no respeta los
tiempos ni los procesos.
La Tierra contempla con
paciencia la insensatez de la especie humana.
Los ególatras viven de
castillos en el aire.
El rio de la vida corre sin
cesar dentro de cada uno.
Benditos los políticos que no
se dejan seducir y permanecen fieles al cuidado de la polis.
La democracia no solo necesita
de votos sino de ciudadanos.
La democracia no necesita de ejércitos
sino de ciudadanos.
Los dictadores no caen por la
fuerza de las armas sino por el poder de los votos.
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