domingo, 22 de septiembre de 2013

Jlfg-145
Las palabras no transmiten nada si no portan coherencia.
Quienes odian no saben lo que es perdonar: ni para darlo ni para recibirlo.
Cuando se llega a pensar que ya no hay nada que aprender: se pierde el sentido para vivir.
Lo maravilloso no es la tecnología sino el buen uso que de ella se haga.
La sensación de soledad la experimentan solamente aquellos que se imaginan que están solos.
Si alguien cree que ya ha llegado a la meta; claramente indica que se ha extraviado.
La noche no se hizo para no ver sino para ver-se.
De nada serviría que el sol brille, si el corazón porta las tinieblas del desamor.
Mirar al otro es mirarse a sí mismo: no debería nunca faltar el amor.
Ni vengo, ni estoy, ni voy… simplemente soy.
Oh! Primavera, siempre generosa, silenciosa y bella: encierras tanto amor y generosidad en frutos.
Hay quienes corren y alcanzan el éxito anhelado… pero ignoran a donde han llegado.
Qué raro: se denuncia tanto el pecado; y al mismo tiempo se convive con el sin más.
No compartimos solo la abundancia sino también las necesidades para construir un mundo nuevo.
Todo lo que alimenta el miedo es de mal procedencia.
Sin constancia no hay avance; solamente frustración.
Mientras busquemos la luz en el exterior: estamos en el infantilismo espiritual.
No hay camino “de” la vida; solamente camino “hacia” la vida; y llenos de vicisitudes siempre.
La charlatanería no tiene fundamento; solamente motivaciones innombrables.
La verdad puede tardar en llegar; pero siempre llega, y el momento más impensado.
La comprensión y el cariño son el bálsamo para sanar heridas y animar.
Vivir cada momento: recibiendo, más que esperando. La esperanza no es esperar; es recibir.
Derribar la apariencia es un desafío mayúsculo; pero necesario para salir de la niebla.

Los vientos de guerra no cesan porque las fabricantes de armas los atizan.

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