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La muerte
de las personas que admiramos nos anima a seguir sus ejemplos con más ahínco.
No se trata
de solo conmemorar la historia sino de rectificarla.
La
constancia es como la suavidad de la lluvia: todo lo transforma y embellece.
El dolor
hace llorar…, pero libera, vivifica y solidariza.
La miopía
espiritual es causada por la falta de amor.
La palabra
es sagrada; y el primero que tiene que respetarla es el mismo que la pronuncia.
Gracias! Nuestro futuro y pasado es el presente.
Nadie es
una isla; todos estamos en comunión con algo; lo decisivo es con qué lo
estamos.
Al ser
energía estamos en todas partes; y todas las partes están en uno.
Las
escaleras que tenemos que construir no son hacia el cielo, sino hacia los
otros, todos los seres. El cielo está en la comunión.
Si
cuidáramos mejor nuestro hogar: la Tierra… en todas partes habría primavera…
pero los desiertos siguen creciendo!
Nada de
todo lo que nos rodea es mudo… los sordos podríamos ser las humanos.
Nuestro ser
interior siempre está esperando nuestra visita, amorosa y agradecida, pero a
veces se pasa la vida esperando!
Todos –o
casi todos- caminamos; pero ¿hacia dónde?
La
inteligencia sin sabiduría es lo más peligroso que hay.
Los juicios
dicen más de quien los hace que de quienes se hacen.
No basta soñar;
la realidad es la expresión de los sueños llevados a cabo.
Mañana es
hoy: es nuestra realidad humana y divina.
La vida es
caminar en medio de los pantanos de la maldad.
Las
llamadas armas químicas no distinguen autores de adversarios: arrasan con la
vida.
Cuando el
ser humano se conoce: terminan todas sus vanidades.
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