129 – jlfg
El descanso repara las fuerzas; la
comunicación cura las heridas.
Los sistemas de mandatos y de creencias que
acumulamos, con frecuencia, se convierten en la piedra de tope para
evolucionar. Las verdaderas creencias no son rígidas sino flexibles, con la
capacidad de ir al unísono con los cambios. Nuestra naturaleza es el cambio y
la evolución. En este sentido, la Energía se une convirtiendo nuestros deseos
en realidades en lo que se refiere a ser mas humanos, permanecer en el
equilibrio o recobrarlo siempre que se necesite, para evitar dar paso a las
enfermedades (mente, cuerpo, emociones).
Las manos…, que inútiles se vuelven cuando
se olvidan de acariciar.
La paz siempre
se ha visto socavada por la ambición.
Para enterarnos
de las cosas más importantes, tenemos que cerrar los ojos. Para escuchar lo más
relevante, tenemos que adentrarnos en el silencio.
La Naturaleza
nos contempla como nos exterminamos innecesariamente: solo por la fuerza de la
ambición y la intransigencia.
Cada uno está en
el mejor lugar: para transformarlo.
El amor nos
lleva al encuentro con el otro; el egoísmo, a la mayor soledad desértica y
estéril.
Nos está tocando
presenciar el derrumbe de los rascacielos del mercado financiero de papel.
La situación determina
la conducta…, una situación contralada
por la publicidad: determina lo peor.
¡Madre!: Germen
y manto de vida,
Tu divisa es la
entrega,
Procurando la
vida por sobre todo;
Fuerza invencible,
crecida ante las dificultades.
¡Madre!
Lucero luminoso,
en los días más brillantes y en las noches más oscuras;
Siempre presente
cual faro encendido con la llama del amor.
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