viernes, 13 de octubre de 2017

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        EL AMOR COMO NOVEDAD, CAMINO Y AUTODISCIPLINA
Por: José Leandro Flores
jleandrof182@gmail.com
Introducción.
          Una vida sin amor es una vida estéril. Como el agua para la planta, como el aire para respirar, como la luz para los ojos es el amor para el alma de todo ser viviente. En el origen como en el final de la existencia está el amor como la energía que la genera, sostiene y cuida a toda forma de vida.
          El amor es presente, un eterno presente; es novedad, una eterna novedad. Sin el amor toda vida se marchita y muere. Tanto a la vida como a la muerte se puede llegar amando.  Así la gran diferencia entre unas vidas y otras vidas es el amor.
          Por otra parte, el amor es una experiencia personal; es decir, no se puede pretender amar porque otro lo diga o lo escriba; tampoco se puede amar en nombre de otro. El hecho que sea una experiencia personal no significa que sea una autogeneración. No podemos crear el amor, solamente podemos recibirlo, acogerlo, aceptarlo. El amor es un don, y como tal, es genuino y gracioso.
          En este contexto, nuestras reflexiones surgen a partir de la experiencia y de la observación que nos depara la vida. De ahí que no pretendemos abordar que es el amor sino como se busca y practica en nuestros días, como es la búsqueda fundamental por las más diversas vías, alcanzando grandes logros como también grandes fracasos.
        La razón porque haya seres que no conozcan el amor es porque no han creado las condiciones  en sí mismos para que acune el amor. ¿Cómo se pueden crear esas condiciones? Esta es la pregunta fundamental, al igual que la siguiente: ¿Cómo se hace para que se mantenga y acreciente el amor?
          Como el amor es una energía, un sentimiento, una emoción, lo que tiene que hacer el ser responsable es cultivar esas condiciones y capacidades para que el amor se contenga, se pueda retener y no siga de largo porque no haya condiciones para germinar. Así, lo más importante en la vida es la formación para el amor; es la base para crecer hacia la plenitud y ser felices. Un error muy generalizado es creer que basta crecer físicamente para estar en condiciones para amar y recibir el amor del otro. Los desaciertos, desengaños y sufrimientos que esto genera son inconmensurables. Y, por supuesto, que la causa no es el amor sino la ingenuidad de pretender amar sin haberse preparado.
          El amor se termina cuando no avanza, cuando se estanca. El amor se vuelve inútil cuando deja de ser el factor que promueve el desarrollo personal y comunitario. Y al perder esta frescura y calidad se provoca su ausencia aunque en apariencia se siga llamándolo con el mismo nombre. Ese estado es más común de lo que se ve a primera vista, porque se busca ocultar los dramas existenciales que llegan a ser a granel. En este sentido, nos mueve a escribir este texto para compartir oxigeno con los que lo necesitan y recibirlo de los que caminan con buena salud en la atmósfera del amor.

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