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CARTAS DE NUESTROS PADRES Y ANTEPASADOS

No. 2. "Sé un manantial"

Amado hijo, desde antes que nacieras yo ya te infundía este espíritu con mi mente y sentimientos. Constantemente te conversaba de esto porque asi te sentía y asi me sentía yo: como manantiales permanentes.

Un manantial que no se agota nunca y siempre está ofreciendo agua fresca y limpia. No se contamina y todo lo limpia. 

Tú mismo guardaras así en tu memoria, como en nuestra familia evitábamos, por principio,  hablar mal de la gente, y tan poco “hacer leña del árbol caído"; al contrario, orábamos por los que habían cometido errores y por los que andaban en malos pasos. Entonces, querido hijo, mantente así por todos los días de tu vida, siendo como un fresco y prístino manantial.

No importa que te encuentres en un pantano o en desierto social; no importa que vayas contra la corriente. Recuerda que tú, el primero, y el mundo necesita de agua limpia.