viernes, 9 de enero de 2015

Jlfg * 228
La libertad de expresión termina donde comienza la del otro
Es un derecho y un valor para todos
No es para agredir, mentir ni manipular al resto.
La libertad no hiere, no golpea ni mucho menos destruye; es como el aire y como el agua,
Su presencia es amable y vivificante.  
Para expresare con libertad es preciso haber comprendido el valor de la dignidad propia y de los otros…
Por eso, bajo su nombre se pueden ocultar y actuar las peores acciones.

Lo que hay que hacer fuera de nosotros mismos es gigantesco
Y  más dentro de nosotros mimos
Y para no confundirnos, centrarnos en el espacio y no en tiempo.

Cuando el poder se ejerce sin valores
Cava su propia tumba
Envuelto en cantos de sirena.

El problema de la avaricia es que no conoce límites
Naufraga en su propia inmensidad
Y sus víctimas nunca se dan por enteradas.

Todo pensamiento como toda acción no queda sin repuesta
Porque son energía que movilizan otras energías
La no percepción  no significa su inexistencia.

La luz que viene del otro lado del espejo alumbra el quehacer de cada día
Y su ventana preferida

Es el mismo espejo.

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