Numero 24
Cada día nos trae su propio afán… ¿de que
nos quejamos? Al contrario, agradecemos los desafío.
Siempre queremos más; pero de lo que se
trata es “siempre querer lo mejor”.
La capacidad de elegir es un gran
privilegio; ejercerlo, un gran punto de inicio.
Procurar la felicidad del otro es el camino
correcto para conseguir la propia.
A veces cometemos el error de querer
grandes cosas, y no hemos preparado el depósito donde ponerlas.
Soñamos
despiertos, soñamos mientras dormimos… nuestra vida es la realización de un sueño.
La entrega es la
medida de la vida.
Ocuparse en vez
de preocuparse es una liberación.
Cuando tenemos
pocas fuerzas; esta el espíritu que no reconoce amarras.
Si esperamos a
que nos comprendan; perderemos el tiempo.
Cada paso en la
dirección correcta: es un milagro.
Esperar no nos
debe desesperar.
La vida a
nuestro alrededor nos está siempre cantando; basta escuchar.
A veces en
nuestro interior también anochece; algo tan normal como el amanecer.
Una brasa es
suficiente para encender el fuego: cada día hay que vivirlo con esperanza.
La vitalidad puede
estar oculta, pero existe en cada ser.
A veces no se
necesita de fuerza sino de dulzura para desencadenar procesos de crecimiento,
en sí mismo y en los otros.
Ante la diaria
vertiginosa velocidad del reloj… mayor selección de las prioridades para no
dejar de lado lo esencial.
Todos los seres
buscan la vida; no podemos ser la excepción.
Las piedras en
el camino… no son el camino; evitemos la confusión.
Una sencilla
palanca mueve grandes pesos… nosotros tenemos que mover montañas.
A través de una
mínima rejilla puede pasar la luz… ¿podemos dejar de obstruir su paso?
El rio no
necesita hacer ruido para llevar la vida a todo lo que está a su paso.
. El amor
demanda sacudirnos la modorra cada día, porque la necesidad demanda su
presencia.
Llevamos millones
de años en nuestros genes; no somos solo
individuos sino también seres comunitarios.
Entender al otro es más fácil que entendernos
a nosotros mismos.
Si no fuera por
las ideologías, los hombres no se eliminarían entre sí.
Dejar de juzgar
es un gran logro; aprender a escuchar, mejor todavía.
Por donde mayor
corre la desinformación es por los medios de comunicación.
Nuestra mayor
demanda no es de saber, sino de sentir.
Hay muchas
lágrimas y pocos paños, porque muchos se quedan guardados.
A veces el sol
no disminuye el frio; se conforma con coexistir.
Si el miedo
paraliza; el amor libera.
Entrar en la
dimensión del amor es entrar en el campo del servir.
La caída de los
gigantes permite ver de nuevo la verdad.
El amor no
espera reciprocidad, porque no es
egoísta.
El Universo nace
cada día; y nosotros con él viviendo cada día como si fuera el primero.
Las dudas son
útiles cuando nos ayudan a buscar; e inútiles cuando nos impiden avanzar.
Aprender cada
día es tan noble como entregar (amar) cada jornada.
La apertura a la
vida conlleva la opción por el desarraigo.
La vida no es un
estado, es un proceso.
Nuestra
naturaleza es buscar la verdad.
Si cada cosa que
hacemos es por una sola vez en la vida: es fundamental tomar conciencia de lo
valioso que es cada instante.
Para los
caminantes: cada punto de llegada es un punto de partida.
Valorar y vivir el
presente como algo único es una buena práctica
para que desaparezca la ansiedad por el futuro.
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