sábado, 7 de julio de 2012


Numero 24
Cada día nos trae su propio afán… ¿de que nos quejamos? Al contrario, agradecemos los desafío.
Siempre queremos más; pero de lo que se trata es “siempre querer lo mejor”.
La capacidad de elegir es un gran privilegio; ejercerlo, un gran punto de inicio.
Procurar la felicidad del otro es el camino correcto para conseguir la propia.
A veces cometemos el error de querer grandes cosas, y no hemos preparado el depósito donde ponerlas.
Soñamos despiertos, soñamos mientras dormimos… nuestra vida es la realización de un sueño.
La entrega es la medida de la vida.
Ocuparse en vez de preocuparse es una liberación.
Cuando tenemos pocas fuerzas; esta el espíritu que no reconoce amarras.
Si esperamos a que nos comprendan; perderemos el tiempo.
Cada paso en la dirección correcta: es un milagro.
Esperar no nos debe desesperar.
La vida a nuestro alrededor nos está siempre cantando; basta escuchar.
A veces en nuestro interior también anochece; algo tan normal como el amanecer.
Una brasa es suficiente para encender el fuego: cada día hay que vivirlo con esperanza.
La vitalidad puede estar oculta, pero existe en cada ser.
A veces no se necesita de fuerza sino de dulzura para desencadenar procesos de crecimiento, en sí mismo y en los otros.
Ante la diaria vertiginosa velocidad del reloj… mayor selección de las prioridades para no dejar de lado lo esencial.
Todos los seres buscan la vida; no podemos ser la excepción.
Las piedras en el camino… no son el camino; evitemos la confusión.
Una sencilla palanca mueve grandes pesos… nosotros tenemos que mover montañas.

A través de una mínima rejilla puede pasar la luz… ¿podemos dejar de obstruir su paso?
El rio no necesita hacer ruido para llevar la vida a todo lo que está a su paso.
. El amor demanda sacudirnos la modorra cada día, porque la necesidad demanda su presencia.
Llevamos millones de años  en nuestros genes; no somos solo individuos sino también seres comunitarios.
 Entender al otro es más fácil que entendernos a nosotros mismos.
Si no fuera por las ideologías, los hombres no se eliminarían entre sí.
Dejar de juzgar es un gran logro; aprender a escuchar, mejor todavía.
Por donde mayor corre la desinformación es por los medios de comunicación.
Nuestra mayor demanda no es de saber, sino de sentir.
Hay muchas lágrimas y pocos paños, porque muchos se quedan guardados.
A veces el sol no disminuye el frio; se conforma con coexistir.
Si el miedo paraliza; el amor libera.
Entrar en la dimensión del amor es entrar en el campo del servir.
La caída de los gigantes permite ver de nuevo la verdad.
El amor no espera reciprocidad,  porque no es egoísta.
El Universo nace cada día; y nosotros con él viviendo cada día como si fuera el primero.
Las dudas son útiles cuando nos ayudan a buscar; e inútiles cuando nos impiden avanzar.
Aprender cada día es tan noble como entregar (amar) cada jornada.
La apertura a la vida conlleva la opción por el desarraigo.
La vida no es un estado, es un proceso.
Nuestra naturaleza es buscar la verdad.
Si cada cosa que hacemos es por una sola vez en la vida: es fundamental tomar conciencia de lo valioso que es cada instante.
Para los caminantes: cada punto de llegada es un punto de partida.
Valorar y vivir el presente como algo único es una buena  práctica para que desaparezca la ansiedad por el futuro.

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